Monte Plata en batalla tenaz contra la pobreza

Ninguna población de República Dominicana había emprendido con tanta tenacidad en la historia reciente del país, un proyecto regional para superar sus extremos niveles de pobreza, como la provincia Monte Plata.

En sus cinco municipios: Bayaguana, Yamasá, Sabana Grande de Boyá, Peralvillo y Monte Plata (capital provincial), se incubó por décadas una brecha social rampante, dejando solo espacio para la miseria y el abandono ante la mirada indiferente de sus autoridades.

Como consecuencia de esta realidad, su enorme desempleo rivaliza todavía con la marginalidad del vasto territorio de 2,632 kilómetros cuadrados, quinto en superficie del país. Una situación que se agudizó tras el colapso de la industria azucarera a finales del siglo pasado.

Su endeble economía quedó al amparo del uso extensivo de terrenos para la ganadería y la instalación de esporádicas agroindustrias rudimentarias, que al cabo de un tiempo se marchaban con la excepción de algunas que sobrevivieron al inclemente vendaval. Ese fue el caso de Induspalma, de la Sociedad Industrial Dominicana, con la siembra de palma africana para la producción de aceite comestible, que sigue siendo uno de los mayores empleadores privados (800 familias), y tiene tres décadas en operación.

En el extremo opuesto se extendió como verdolaga un deshumanizante minifundio para el cultivo en secano de rublos de ciclos cortos destinados preferentemente para al consumo familiar. La zona rural, sin regulación y precario apoyo de los gobiernos, quedó también agonizante en medio de la desesperanza. Mientras sus instituciones provinciales tampoco pudieron cumplir con los Objetivos del Milenio.

Ahora bien, este panorama ha comenzado a revertirse en los últimos años. Sus ciudadanos, productores, comerciantes, jóvenes emprendedores y representantes de instituciones de desarrollo en su conjunto han dado un paso al frente. Se han dispuesto a mostrar el gran potencial agropecuario y para la explotación del turismo ecológico y cultural que tiene la provincia Monte Plata. Su envidiable posición geográfica, que además de la cercanía con la ciudad capital, conecta con el norte, nordeste, sur y este de República Dominicana. O lo que es lo mismo, hace frontera con Santo Domingo, Monseñor Nouel, Duarte, Samaná, San Cristóbal, Hato Mayor y San Pedro de Macorís.

Por eso es que ha provocado un gran impacto, que la novena versión de la feria de producción y promoción territorial Expo Monte Plata 2017 se trasladara al mismo corazón de su provincia, del 20 al 26 de noviembre pasado, luego de que las ocho anteriores se realizaran en la Ciudad Ganadera del Distrito Nacional. El senador Charlie Mariotti llegó a calificar el evento como el mejor de su género.

La Oficina de Gestión Senatorial y la Fundación Juventud 2000 inauguraron esta novena versión en el municipio de Yamasá, que no solo es el más poblado de la provincia, sino que es de mucha actividad comercial, que por sus características y su clima serrano se ha destacado por la producción y exportación de cacao orgánico de alta calidad, así como por el taller de cerámica taína de los Hermanos Guillén, entre otros atributos.

No hay duda de que la provincia Monte Plata ha despertado de su letargo, que se remonta a los tristemente recordados acontecimientos históricos de 1605 y 1606. Es responsabilidad de todos sus habitantes y de sus autoridades mantener viva esta llama del progreso y desarrollo que les han sido regateados por los siglos de los siglos.