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Tiempo para el alma

Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: “Creí, por eso hablé”, también nosotros creemos y por eso hablamos”. II Cor. 4: 13

¡Cuánto convencimiento en las palabras de Pablo! El apóstol en la Segunda Cartaa los Corintios anima a sus compañeros para que no claudiquen ante los acosos y los obstáculos interpuestos en su misión evangelizadora. Lo leo y siento como si me hablara, nos hablara; como si nos dije- ra: ‘no se queden callados, no sean pasivos’. Si has creído en Jesús como tu salvador, que murió para darte libertad y que resucitó de entre los muertos para llevarte al caminode la vida eterna, entonces ¡no te calles, cuéntale de Él a los demás! Si hablas de la fe y vives la fe, ayudas a abrir la puerta a muchos, a otros, a alguien, aunque sea una sola persona. Esa es nuestra misión, no la mía que escribo todos los días, es también la tuya que en tus lecturas, en tu sed de conocimiento de Dios buscas la salvación de tu alma; es tú misión. No importan las burlas, las confrontaciones, las murmuraciones sobre tu pasado, el acoso o el rechazo, simplemente mantén tu fe vibrante y no te quedes callado.

¡De eso se trata!

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