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ORLANDO DICE

División del PLD

EN TAQUILLA.- La duda es de los apostadores que no se deciden a jugar la lotería de la división del PLD, que no se atreven a comprar todos los números, temiendo que el premio se quede en taquilla. Los billeteros, sin embargo, mantienen el pregón. Nada fascina más a los peledeístas de este tiempo que amenazar con, o negar, esa posibilidad. La oposición por el contrario quisiera ver al partido de gobierno con yeso, con uno o con los dos brazos rotos. Y situación interesante. El PLD no reniega del vientre que lo parió. Entre los suyos o con extraños habla de fragmentación, como si partirse en dos o en tres fuera un encanto. Los únicos que no hablan de división, ni para advertir ni para corregir, son los principales dirigentes. Las figuras máximas: Leonel Fernández y Danilo Medina. Los que se suponen causa y obra del peligro. Ni siquiera un truño se les registra, y si no de paños y manteles, se les ve senado a la misma mesa y se sabe que discuten asuntos cruciales sin llegar a los límites. ¿Por qué ellos no y los subalternos sí? La respuesta sería clave, y de seguro que para tenerla no van a contratar o consultar expertos. Los peledeístas con Danilo Medina y Leonel Fernández y en el gobierno están más unidos que en la oposición con Juan Bosch...

CONJURO INTERESADO.- Las amenazas de división como los llamados de unidad forman parte de un mismo conjuro. El PLD no reparte guión, pero cada peledeísta conoce su papel y lo desempeña a su manera. Nadie sabe por qué Reinaldo Pared habló de que los constitucionalistas serían seis o siete y no cinco, como se dijo en principio, pero tampoco se tiene la razón de que Radhamés Jiménez lo desmintiera. El forcejeo, la lucha que seduce de manera admirable la opinión pública. No debe olvidarse que Pared dio a conocer su parecer en un artículo de prensa. Considera que las primarias abiertas no violentan el orden constitucional. Y que Jiménez, como seguidor de Leonel Fernández, postula que sean cerradas. Los dos son miembros del comité Político, y fue en el comité Político que se acordó buscar auxilio ajeno. Los altos cargos del PLD no se sienten sabios o suficientes para dilucidar la cuestión y llegar a una salida que no afecte institucionalmente la organización. Se le critica la pose, e incluso se hacen inferencias que no se corresponden con la verdad. Los peledeístas se están yendo por la tangente, pero es porque no les conviene la paralela. ¿Por qué en otras ocasiones se impuso Fernández o Medina y ahora no? Ese hilo, halado convenientemente, daría con el ovillo...

LA L”GICA NO SABE.- El hecho de que Reinaldo Pared hablara de seis o siete constitucionalistas, y prontamente Radhamés Jiménez lo corrigiera, demuestra que hay desacuerdo en el acuerdo. Un bando quisiera complicar más la cuestión y el otro se le resiste, y la lógica ya no sabe a qué atenerse. Piensa que si difícil es contar con cinco, más es con seis o siete. Ahora ¿por qué el secretario general lanzó la especie si lo suyo -en ese momento-- era responder a su compañero y colega senador Arístides Victoria Yeb, quien había responsabilizado al PLD de la no aprobación de la Ley de Partidos? Aparentemente una bola de humo para salir del trance, pero deja de serlo desde que Jiménez le lleva la contraria. ¿Quiso Pared provocar a los seguidores de Leonel Fernández? ¿Por qué le sale al frente Jiménez y no otro miembro de ese grupo? Jiménez no es un político de mucho hablar y menos de confrontar. Tampoco es un usuario frecuente de las redes, o particularmente de Twitter. Además, queda saber si actuó por decisión propia o fue instruido al respecto. Pared acostumbra replicar, a no quedarse dado, y no se tiene una reacción a la reacción. Al parecer quiere dejar el pleito de ese tamaño, o aprecia que con su primera incursión fue suficiente...

QUE SÍ, QUE NO.- No obstante unas cosas o las otras, los peledeístas mantienen de boca una confrontación que no llega a vías de hecho. Aunque sí dan la impresión que se van a dividir, de que ya no pueden vivir juntos, de que Juan pidió su parte de la herencia y se va a vivir a la ciudad. La parábola del Hijo Pródigo en salsa. Además de que las cartas están sobre la mesa, y los tahúres no se disimulan. Si no es con las primarias abiertas o cerradas, será con la reelección. No digo que no rompan fuente, pues la división es una semilla del mal sembrada en su ADN. La del PRD primero y la propia de los tiempos de Juan Bosch segundo. Sin embargo, hay que tomar y dejar. Que sean las primarias que provoquen la fragmentación, se hace cuesta arriba. Que lo menos produzca lo más, no es lo usual en los campos. Dicen que la reelección, pero ¿por qué ahora y no antes? Leonel Fernández decidió seguir en el 2008, a pesar de que Danilo Medina estaba a la espera, y el PLD no se fraccionó. Medina volvió en el 2016, sabiendo que Fernández se creía seguro, y el PLD navega a sus anchas, como si los naufragios fueran cosa de otros. No es que no, pues la suerte no dura toda la vida, pero todavía, dijo, la adivina...

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