Fuera de cámara

Méndez y el COE

Mientras el país se dedica a recoger escombros y a reparar los daños físicos que dejó María en casi todo el territorio nacional, el personal de los organismos de socorro -con el general Juan Manuel Méndez a la cabeza-, retorna a la normalidad, vuelve al seno de la familia y por primera vez en muchos días, puede dormir tranquilo.

Son ellos los más esforzados en contingencias como estas, porque tienen que trabajar sin descanso desde muchos días antes de que se aproxime el fenómeno para seguir minuto a minuto el curso de su movimiento, las proyecciones de su desplazamiento y los territorios habitados que eventualmente pudiera afectar.

Méndez y sus hombres tienen que marchar varios pasos adelante del huracán, evacuar a las personas en peligro-- aunque se resistan; coordinar la intensa labor de poda de árboles y recogida de objetos que puedan ser arrastrados con violencia por los vientos huracanados y prepararse para lo peor...

Es una labor que usualmente toma muchos días a un equipo bien estructurado que coordina el general Méndez e integran el Ministerio de Defensa, la Policía, la Defensa Civil, la Oficina de Meteorología, los organismos que administran las aguas potables y las presas y otras entidades oficiales que, en situaciones como estas, sus técnicos y ejecutivos ni siquiera tienen tiempo libre para proteger sus propios hogares e intereses.

El general Méndez ha logrado un gran liderazgo entre los demás miembros del COE en base a su trato respetuoso pero firme, al cumplimiento cabal del deber, a sus conocimientos técnicos sobre la prevención de desastres por fenómenos de la naturaleza y a su disciplina y capacidad para informar adecuadamente al Presidente de la República, a fin de que el Ejecutivo tome las mejores medidas en el momento más oportuno.

¿... Cuántas vidas se salvaron?

Los avances de la tecnología permiten seguir metro a metro el desplazamiento de un huracán, lo que facilita adoptar medidas efectivas para atenuar la severidad de sus daños, en especial en lo atinente a las pérdidas de vidas. La mayor prioridad es proteger a la ciudadanía oportunamente, y esa es precisamente tarea fundamental del COE.

Hasta hace unos años, era imposible determinar con precisión el curso de un huracán y no existía la estructura adecuada para atenuar sus efectos, ni siquiera en los casos extremos de llevar a refugios seguros a las personas vulnerables. Un huracán como María, por ejemplo, con su secuela de lluvias torrenciales, habría provocado una gran cantidad de víctimas fatales.

Esta vez, se ha reportado que solo tres personas perdieron la vida, dos de ellas por imprudencias muy bien tipificadas cuando intentaron cruzar un río y una cañada desbordadas en una comunidad rural de Miches. El tercero falleció en San Víctor, Moca, al desplomarse el techo de su vivienda.

... Los últimos huracanes

El paso de los últimos huracanes por el país ha traído la buena noticia de que ya los organismos de socorro están preparados para proteger a la ciudadanía en eventos de esa naturaleza.

El gobierno ha desarrollado una eficiente estructura de asistencia a los desplazados, llegando a los refugios con las ayudas necesarias en alimentación, agua potable, cocinas móviles, camas, colchones y asistencia médica.

Méndez explicó que necesariamente todas las personas que mueren en el curso de un huracán como María no pueden figurar en un informe del COE como víctimas fatales del fenómeno. Citó el caso de un señor con problemas mentales en Moca y otro en la región Este que intentó cruzar el río en contra de la advertencia de su propio hermano. “Esas no son víctimas directas del evento... Es la Policía que debe informar sobre esos casos, no el COE”.

Tags relacionados