Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

En la diana

Primer Tiro Como los huracanes, cuyo potencial de daño y generación de pobreza se mide por su intensidad, la inflación también se puede medir por su capacidad para generar nuevos pobres, los cuales provienen de la población que antes habían salido de la condición de pobreza, y que recaen en ella por causas de las crisis generadoras de intensos procesos inflacionarios.

El asunto fue tratado por una histórica y magistral pieza leída por el presidente Danilo Medina en la última asamblea general de la ONU de hace apenas días. Planteó que “cientos de millones de personas recién salidas de la pobreza no pasan todas automáticamente a la clase media, ni necesariamente permanecen en ella todos aquellos que lograron hacerlo.

Tenemos así un nuevo segmento social, un segmento que ya ha salido de la pobreza, pero cuya situación es demasiado frágil para que podamos considerarla definitiva. La palabra que se ha acuñado para designar la situación de estos hombres y mujeres es vulnerabilidad. Vulnerabilidad ante una situación de desempleo, ante la enfermedad de un familiar, ante una crisis económica o un desastre natural.

Vulnerabilidad ante una serie de imprevisibles que pueden arruinar su proyecto de futuro y devolverlos de nuevo a la pobreza en poco tiempo”.

Segundo Tiro La inflación, en tanto reduce los ingresos reales de las personas, produce pobreza monetaria, y los huracanes, en tanto destruyen viviendas y bienes de consumo duradero (enseres, equipos y electrodomésticos), producen pobreza mediante la reducción de las condiciones de vida de los hogares.

Todos los hogares cuyo nivel de ingreso per cápita es apenas igual o ligeramente superior que el nivel definido como de pobreza según estándares nacionales e internacionales son vulnerables y están en riesgo de recaer en la pobreza si se produce un proceso de inflación acelerada. Todos los hogares ubicados en zonas inundables, con paredes y techos de yagua, madera, tablas de palma, zinc y tejamanil también son vulnerables y ahora están en mayor riesgo de recaer en la pobreza que aquellos cuyo nivel de ingreso apenas supera el mínimo de definición de la misma, y la razón es muy simple: La política monetaria asegura que el riesgo de inflación sea insignificante ante la dimensión que tienen los desastres causados de fenómenos naturales.

Tercer Tiro La población en condiciones de pobreza monetaria extrema era del 6.5% en septiembre del año pasado, mientras en pobreza general se encontraba el 24%, lo que significa que un proceso inflacionario intenso podría enviar a la pobreza extrema a un total de 2,535,779 personas que ahora no lo son. El 43.8% de hogares tienen paredes altamente vulnerables a vientos huracanados, y dentro de la categoría de pobreza general, el 48% de las viviendas tienen esta condición. Para el caso del techo, las cifras anteriores son 70.8% y 89.1%, respectivamente. Se concluye que el riesgo de que un huracán disminuya las condiciones de vida de los hogares, arrastrando a la pobreza a los que salieron de ella, y convirtiendo en indigentes a los que están en pobreza general, es bien alta. Pero el poder de la inflación para producir pobreza es mucho más alto, y mientras la formación y trayectoria de los huracanes no se pueden determinar, el poder del Banco Central para controlar la referida inflación la descarta como riesgo de generación de pobreza.

Tags relacionados