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PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

Pedagogía de la abundancia y la escasez

Las enciclopedias y diccionarios de economía definen la abundancia y la escasez como términos económicos de significados contrapuestos. Se considera abundancia cuando la existencia de bienes disponibles satisface plenamente las necesidades de la sociedad. La abundancia nunca será absoluta, pues aunque se considere disponer de una cantidad ilimitada de bienes y servicios, los consumidores siempre tendrán deseos insatisfechos, lo que implica que en la vida cotidiana es una utopía considerar la abundancia en términos de bienes económicos.

En realidad, la abundancia solo es posible atribuirla a los llamados “bienes libres”, es decir, aquellos no económicos que se disfrutan sin ningún costo; como por ejemplo el aire, la energía solar, el viento, entre otros.

Los modelos económicos tienen por objeto el estudio de la forma en que las sociedades administran sus escasos recursos para producir bienes y servicios, y satisfacer las necesidades crecientes de la población. En este orden, el concepto de abundancia se analiza a partir de la denominada Ley de la demanda.

Cuando la demanda supera la oferta, o lo que es lo mismo, cuando las necesidades son superiores a la disponibilidad para satisfacerla, tiene lugar el problema de la escasez. Esta última tampoco es absoluta, pues se manifiesta cuando la oferta de un bien económico determinado es limitada.

Extrapolar estos conceptos de abundancia y escasez al ámbito de la educación y de manera específica, en lo relativo a la pedagogía, implica necesariamente, tomar en cuenta los cambios exponenciales experimentados en la red global con la digitalización de contenidos y la apertura de intercambio de información, lo que ha transformado de manera radical la demanda de la industria pedagógica.

El modelo económico que ha sustentado muchas industrias, dedicadas al contenido en la red, lo han hecho fundamentado en la escasez. Actualmente, en los portales virtuales existe una abundancia de contenidos y se desarrollan múltiples modelos económicos en beneficio de la industria. De acuerdo con el especialista en educación y sociología de la Universidad Nacional de Colombia Víctor Manuel Gómez, ®la sociedad requiere que su sistema educativo se oriente a dar respuesta a las exigencias y necesidades que hoy demanda la sociedad.®

La sociedad del conocimiento se caracteriza por la era digital, que implica abundancia de contenidos en la red, relevante para el proceso enseñanza-aprendizaje. En economía, la disponibilidad de bienes y servicios y los precios que pagan los consumidores, induce el modelo económico. En cambio, cuando los bienes digitales están disponibles en la red, esto produce un efecto en la disminución de la escasez. Se puede tener acceso a cualquier contenido en línea y siempre estará disponible para otros de manera gratuita.

Eric Schmidt quien fuera el director general ejecutivo de Google hasta el año 2011, expresó que en dos días se produce más información de la que se generó desde el inicio de la historia humana hasta el año 2003, indicando que “el verdadero problema es el contenido generado por los usuarios.”

De este modo, las industrias del conocimiento han tenido que enfrentarse al dilema de transitar de la economía de la escasez a la abundancia de la información. Las publicaciones periódicas que antes se presentaban en contenido físico, con acceso escaso y cuya impresión se generaba según la demanda, hoy se encuentran disponibles en portales digitales. Solo es necesario disponer de un ordenador y la información está al alcance de un “click”. “Las respuestas a la era digital pueden clasificarse como de abundancia y de escasez.”, argumenta Manuel Gómez.

La inteligencia colectiva hoy es universal, lo que ha incidido de manera directa en una reducción de la escasez de conocimientos. En el entorno de la globalización del conocimiento, tiene lugar un desafío que enfrenta la población mundial, y es lograr que más personas tengan acceso a expertos a través de la red; elemento que constituye hoy en día la mayor preocupación, ante la falta de conectividad en el contexto de la llamada brecha digital.

En el año 2016, solo el 43% de la población mundial tuvo acceso a la internet (3,200 millones de personas), lo que significa que el 57% de los habitantes del planeta no tiene acceso, lo que equivale a 4,047 millones de habitantes. De estas cifras, Asia tiene la mayor conectividad (1,622 millones), lo que representa el 51% de los que tienen acceso; Europa 604 millones (19%); África 331 millones (10%); Oriente Próximo 123 millones (3.4%); Oceanía 27 millones (0.8%); América del norte 341 millones (11%); América Latina y el Caribe 345 millones (11%).

Estas cifras nos conducen a la afirmación de que la pedagogía de la abundancia es el aprendizaje en línea. Este esquema, conocido en inglés como “E-Learning,” ha explorado varios modelos pedagógicos, “las teorías de aprendizaje, como el constructivismo, el constructivismo social y, más recientemente, el conectivismo, forman el cambio teórico de instrucción controlada por un instructor o una institución a un mayor control por parte del alumno.”, según explica George Siemens, experto en enseñanza digital.

De modo que, la “pedagogía de la escasez,” cuyos fundamentos se basan en el establecimiento de conexiones a través de la red, entre un experto y estudiantes ubicados en distintas latitudes, se antepone al tipo de pedagogía instructiva, que contribuye a reducir la escasez de contenidos.

La pedagogía de la abundancia se caracteriza entonces, por contenido abundante, gratuito, variado, económico, viable, benéfico y cercano, donde la información puede ser generada por el propio usuario, permitiendo, una participación en la construcción social del conocimiento.

En la pedagogía de la abundancia, el aprendizaje y el conocimiento, tienen lugar dentro de una red; se alimentan de la diversidad de opiniones; es una conexión especializada de fuentes de información; reside en aparatos inanimados; en fin, hoy día la capacidad para aprender es mayor y más crítica, por el crecimiento exponencial del conocimiento.

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