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EL BULEVAR DE LA VIDA

Borges y la política

“Salimos otra vez, la luna sobre el mar, como otras tantas veces”. Virgilio Expósito.

CON VIOLÍN Y CON GUITARRA Mientras están en la oposición, nuestros políticos argumentan sobre lo beneficioso que es para la vida democrática del país la existencia de un contrapeso entre los poderes del Estado. “Quien controla el Poder Ejecutivo no debería controlar el Poder Legislativo”, nos dicen. El argumento de tan lógico es correcto, y para el político lo es hasta el momento en que su partido alcanza la Presidencia de la República, o sea, el poder ejecutivo. Las razones de este cambio las resume la sabiduría popular en una frase digna de su ingenio: “Una cosa es con violín y otra es con guitarra”. Igual que con el equilibrio entre los poderes del Estado, le ocurre a nuestra partidocracia reinante con el tema de la celebración de las elecciones primarias y las dos modalidades posibles: cerradas, en las que participarían sólo los miembros de la organización; o abiertas, donde todo dominicano mayor de edad, miembro o no de la organización tendría derecho a participar.

“EXPLICO ALGUNAS COSAS”. El asunto se cae de la mata, y no necesariamente la mata de limoncillo de la calle Cervantes. Unas elecciones primarias abiertas favorecen a quien tenga los mayores recursos para, con dos centavos, un sandwich y un quinientón, llevar a votar a quien acepte la atractiva oferta, en un país donde casi cuatro de cada diez dominicanos son pobres. Entonces, la tendencia que controla el Ejecutivo, tendría sobre su adversario una ventaja más grande que aquellos ojos verdes “que ya nunca besaré”, y eso, es decir. No ocurre diferente a esto de las primarias abiertas o cerradas, con la “modernización, renovación y/o activación del partido”. El sector del partido que gobierna el ejecutivo no pone el debido y ni siquiera el indebido interés en fortalecer la institución como tal mientras disfruta del control palaciego; pero eso sí, inmediatamente se pasa a la oposición (dentro del mismo gobierno), surge un amor tan repentino como extraño a las estructuras de la organización y a la participación de las masas irredentas en los asuntos del partido. Y otra vez la cita de la guitarra y el violín.

AUNQUE SE GANEN ELECCIONES. - Son las miserias de la política, el abuso de los argumentos sin argumentos para justificar lo injustificable, mientras fallece y sufre la credibilidad de la organización entre la ciudadanía pensanteÖ aunque se ganen elecciones. Este comportamiento, común a todos nuestros partidos que gobierno han sido, pero que ahora se expresa con afrentosa claridad en el seno del gobernante PLD, y el aspirante PRM, es lo que -en parte- explica el desprestigio de la clase política y el sentimiento antipartido y antipolítico que va creciendo en todos los sectores del país y más especialmente entre aquellos que tienen relativa independencia del Estado, parte importante de la clase media, por ejemplo.

BORGES Y LOS ABUSOS Si a Jorge Luis Borges la democracia le parecía “un abuso de las estadísticas”, a uno la política dominicana le va pareciendo cada vez más un abuso de la retórica; mientras rueda por las alcantarillas de la historia y los sueños rotos, el prestigio de una clase política, hoy con menos credibilidad que un vendedor de autos usado o el portero obeso de un puticlub de buena vida y mala muerte. Entonces, cántela otra vez, don Virgilio: “Salimos a bailar, la luna sobre el mar, como otras tantas veces, después a caminar, a ver salir el sol... como otras tantas veces”. ¡Ya amanecerá algún día!

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