Los “salpicados”

Pase lo que pase en lo inmediato - y si es que pasa algo contundente-, el escándalo Odebrecht, que ha levantado el avispero y mantiene en ascuas al liderazgo político de Brasil y de un sinnúmero de países, incluyendo el nuestro, pudiera dejar de beneficio el que a partir de ahora se hagan esfuerzos adicionales por un real fortalecimiento institucional, y que los funcionarios de cualquier gobierno, más serios y prudentes en su accionar, lo piensen dos veces antes de ser ligeros y ponerse a inventar con el manejo de los recursos públicos sobre los que les toque decidir. En el plano local, por lo visto, el liderazgo de todos los partidos más importantes ha sido cuestionado o “salpicado”, por lo que se corre el riesgo de que lleguemos al 2020 sin un candidato potable y definido. Al gobierno de Danilo Medina, que apenas va para un año, no le han dado tregua, la oposición le entró a dos mansos desde muy temprano, sin que todavía se supiera nada de los tratos de la Odebrecht, y algunos sectores ni llegaron a reconocerlo, pese a haber sacado un 62% en las urnas, proyectando todo eso la sensación de tener un ejercicio dilatado. A diferencia de otros tiempos, en el país no se tiene a la vista la solución de “un notable” o “presidenciable”, del área empresarial o de uno de los partidos del sistema. Entre “los que marchan” -por también estar ‘salpicados” o por falta de tamaño- no se alcanza a ver tampoco una figura emergente o de relevo, en capacidad suficiente para estructurar un proyecto de poder en corto tiempo para desplazar al PLD, si es el objetivo que prima en el fondo y en las mentes de muchos de los que se movilizan. Pese a cualquier “desguañangue” de las principales figuras del PLD, PRM, PRD y PRSC, recuérdese que un liderazgo capaz de alzarse con el poder no se hace de la noche a la mañana. Así la cosas -y con sus más o sus menos-, todo apunta a que el candidato del 20 estaría entre uno de los líderes a la vista (¿). Tanto en el caso del PLD como del PRM, solo tendrían que tener vocación de poder y trabajar la unidad... Quizá por ser clave para retener el PLD en el poder -y a falta de los famosos “candados” en la Constitución- el pedido de Almeida a Medina, de: “echar al mar la llave de la reelección”.