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PLANIFICACION Y DESARROLLO

Monarquía constitucional inglesa

El Reino Unido es una nación soberana, se ubica en Europa Continental y está conformada por cuatro naciones: Escocia, Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte. Se le conoce con el nombre de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Inglaterra es la más importante, por su historia, su economía y su tamaño. Su capital es Londres y sus límites lo conforman los mares de Irlanda, del Norte y el Canal de la Mancha, al Noroeste, al Norte y al sur respectivamente. El Reino Unido abarca una área de 243,610 kilómetros cuadrados y una población 58.8 millones de habitantes. De esta cantidad, Inglaterra representa el 54% del territorio (130,395 km2) y el 90% de la población (53 millones de habitantes).

Muchos autores, como el mexicano Salvador Valencia Carmona, en su libro “Derecho Constitucional Mexicano y Comparado”, establecen que a Inglaterra se le puede otorgar el título de Maestra del Constitucionalismo Moderno. Ha sido referente y fuente de inspiración de múltiples estructuras constitucionales. Este autor explica que “Aquí surgieron las primeras declaraciones de derechos, se construyó el sistema parlamentario, se fundó el bicameralismo y se elaboró una constitución que sentó las bases de referencia de la sabiduría de siglos, que sirvió de referencia para todas las naciones vecinas. La Carta fundamental inglesa y todo su ordenamiento jurídico es memorable, por su carácter histórico. Se dice que es una constitución no escrita, flexible, consuetudinaria o no codificada. Entenderla desafía toda imaginación jurídica. Autores ingleses han llegado a la conclusión de que se trata de “tradiciones, costumbres, convenciones, decisiones judiciales y una complicada reunión de leyes”. Una de las más conocidas y valoradas convenciones fue la Carta del Rey Juan sin Tierra, del año 1215, donde el monarca reconoció una serie de derechos y libertades a sus súbditos, como ejemplo el principio del consentimiento de los impuestos; cumplir el debido procedimiento jurídico, que establecía que para detener, encarcelar o privar de sus propiedades a una persona, se requería de un juicio leal por parte de sus pares. Tiempo después el propio rey Juan Sin Tierra desconoció estos derechos, pero sus principios permanecieron y fueron recogidos por la Carta Magna de Enrique III, en el año 1225, y el Estatuto de Eduardo I, en 1297.

Asimismo, la Petición de Derechos de 1627, es otro hecho relevante con el que se logró la independencia de los poderes legislativo y judicial, mediante una petición al rey Carlos I, quien tuvo que firmar ante un juez, diversos derechos, libertades y franquicias que estaban siendo violados en perjuicio de los ciudadanos.

Las primeras leyes de Habeas Corpus aprobadas en 1640 y 1779 y la Declaración de derechos de 1689, son otras de los aportes de Inglaterra al ordenamiento jurídico universal. El habeas Corpus, obligaba a los jefes de policía a presentar ante un tribunal a las personas privadas de libertad, y la declaración de derechos estableció la independencia de los jueces, los cuales no podían ser removidos de sus posiciones por el monarca, si no contaba con la aprobación del parlamento. Asimismo prescribía, que los reyes no podían aprobar ni suprimir leyes; recaudar impuestos; mantener ejércitos dentro del reino en tiempo de paz, sin la aprobación del parlamento. Además, se estableció la libre elección de los integrantes del Parlamento, la libertad de palabra de los parlamentarios sin ser enjuiciados por ningún tribunal y la plena realización de la función legislativa. En definitiva, la declaración de Derechos, tal y como lo expresa la autora Martha V. de Ruiz, “consagró la superioridad de la ley sobre la voluntad del rey”.

Posteriormente, el Acta de Establecimiento de 1701, fijó el orden de sucesión en el trono y la autonomía económica de los tribunales. En 1714, asumió el trono la familia Hanover, y durante su reinado se aprobó el acta de Unión de Inglaterra con Escocia, quedando establecido un único parlamento para la Gran Bretaña. Además, durante este periodo se inicia el sistema de gobierno de gabinete, bajo la dirección del Primer Ministro. Con posterioridad, en los años comprendidos entre 1867- 1948, se aprobaron las leyes electorales; las que versan sobre la organización y funcionamiento de las cámaras legislativas; el estatuto de Weimister, que establece las relaciones del imperio con su dominios; la ley de protección de datos; y diversos documentos, como tratados de derechos humanos y los compromisos derivados de la Unión Europea.

Por esta variedad de documentos aprobados en distintas épocas, es que se explica el por qué la constitución británica no ha sido acordada de manera formal, sino que ha ido creciendo en el tiempo. Por eso, según la clasificación tradicional, se le considera una constitución flexible.

Inglaterra está gobernada por una monarquía constitucional, bajo el sistema de Westminster. Su nombre proviene del palacio de Westminster, que es la sede del gobierno británico. Este sistema consiste en el procedimiento que se ha establecido para que la legislatura funcione.

Hoy día, existen varias instancias que tiene que ver con la estructura de organización del estado Ingles. La monarquía, el poder ejecutivo, el legislativo y el judicial.

La monarquía se selecciona por herencia, tomando en consideración los hijos varones, y a falta de estos, la mayor de las hembras; es una figura con gran valor ceremonial y los actos del gobierno se realizan en su nombre; estatuye sobre las colonias por cartas patentes y órdenes de consejo; nombra los integrantes de la Cámara de los Lores y al primer Ministro; comanda las fuerzas armadas y tiene a su cargo las relaciones exteriores y conferir títulos, honores y dignidades. A partir de 1832, la corona pierde su poder al no poder vetar leyes ni disolver el parlamento.

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