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DE CERCA

Lo que admiro del príncipe Harry

En los últimos meses la atención del mundo ha estado volcada sobre la relación entre el príncipe Harry, hijo menor de la Princesa Diana, y la actriz Meghan Markle, y ¡No es para menos! El noviazgo creció lejos de la prensa y se dio a conocer de manera explosiva, aumentando aún más el interés por conocer los detalles. En una ceremonia que rompió las estrictas tradiciones de protocolo real se juraron amor eterno. Su historia parece un capítulo de cuento de hadas. Harry, sexto en la línea de sucesión al trono británico, ha dejado en mí varias enseñanzas: Creció bajo los reflectores de los medios de comunicación, muchas veces buscó publicidad para promover las buenas causas que apoya, pero otras, puso un freno cuando la atención sobre él fue demasiada. Sabe poner límites y defender su privacidad. Había sentado fama de soltero rebelde y libre, y daba poca importancia a las reglas de la Corona y sus obligaciones. Harry pasó diez años en las fuerzas armadas, es piloto de helicóptero, un joven aventurero. El destino le hizo una mala jugada cuando perdió su madre siendo muy joven y tuvo que lidiar con la ausencia, el duelo y las turbulencias propias de la adolescencia. Pero a pesar de toda la carga emocional y las frustraciones que implicó perder el apoyo de su progenitora, fue valiente y ha hecho eterno el recuerdo de su madre, siguiendo sus pasos en las acciones solidarias que tanto identificaron a Lady Diana y que la hicieron merecedora del respeto y del cariño del mundo. En los últimos años ha enfocado su trabajo en obras de caridad vinculadas a la salud mental y la ayuda a los veteranos del ejército. La parte más destacada del trabajo filantrópico de Harry es su labor como presidente de la fundación que organiza los “Invictus Games”, una competencia deportiva internacional para exmilitares lesionados. Como todo joven, tuvo sus amoríos hasta que le llegó el momento de enamorarse, y es aquí donde Harry demuestra que ha dejado de ser un niño. Al conocerse la noticia de su noviazgo con Meghan Markle, la actriz se convirtió en una de las mujeres más perseguidas por los paparazzi. El nieto de Isabel II demostró que no sólo es príncipe de la vida real, también es ‘príncipe azul’, ese caballero con el que en algún momento todas soñamos que llegue para defendernos, salió al rescate de su amada con un comunicado oficial como único escudo y sus razones como única arma. Claro nos ha quedado que ese joven, a pesar de toda la banalidad que se pueda percibir en la realeza, ha crecido en un ambiente de valores y ha aprendido, no solo a apreciar a la mujer, también a resguardar sus ideales. Cupido acertó con su flecha y Meghan y Harry se ven felices y enamorados. Si el príncipe Harry de Inglaterra le hubiera propuesto matrimonio a la actriz estadounidense y divorciada hace 80 años, muy probablemente hubiese tenido que renunciar a sus derechos reales. Meghan hubiera espantado a la reina Isabel porque es mestiza, tiene tres años más que Harry, es divorciada, y su carrera de actriz registra varias escenas “subidas de tono”, un perfil poco agradable tomando en cuenta lo exigente que suele ser la Reina Madre. Pero la Corona británica, con gusto o disgusto, tuvo que dejar fluir la democracia y aceptar su amor. Lo que si estoy segura, es que 80 años atrás el príncipe Harry igual saldría a defender a Meghan y gritaría sin miedo su amor a los cuatros vientos. Estaría dispuesto a vivir las consecuencias de sus decisiones, porque ha demostrado que está enamorado y el amor cambia a las personas, reconforta, revive, nos llena de ilusión, el amor es la fuerza que mueve el mundo… ¡Hasta el lunes!

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