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Protocolo corporativo

Los regalos en el complejo mundo corporativo

En el mundo empresarial los obsequios constituyen un elemento de comunicación por excelencia. Un detalle que sin duda comunica la cultura, los valores e identidad de una marca.

Regalar no sólo es un arte, es una estrategia y como tal hay que abordarlo. No es un tema que deba tomarse a la ligera, es un aspecto de planeación que debe tener objetivos específicos y metas bien planteadas. Es, asimismo, una oportunidad, ya que, si lo hacemos en forma adecuada, puede ser un modo de abrirnos puertas.

La época de fin de año se acerca, es tiempo de fiestas, brindis y agradecimientos pero debemos estar alertas en referencia a la escogencia de los regalos adecuados para los clientes y relacionados de nuestra empresa. El mundo corporativo tiene reglas de etiqueta que deben ser cuidadas con esmero. Un regalo corporativo viene cargado de significados, en forma y fondo, por lo tanto, es de suma importancia que aquello que se quiere transmitir en esta forma sea revisado con mucho esmero para lograr el impacto que se desea.

Aquí algunos puntos a tomar en cuenta:

Antes de elegir el regalo ideal, es necesario reflexionar en torno a cuáles son los motivos que nos llevan a dar algo o a dejar de darlo. En una misma empresa o departamento elija asertivamente a quiénes regalar y a quienes no. Un regalo puede significar agradecimiento o simpatía; sin embargo, también puede convertirse en un modo de marginar.

En el contexto de los negocios existen límites y códigos. No debemos ser ingenuos, a diferencia del terreno personal, regalar siempre tiene un objetivo y eso no es necesariamente malo. La verdad es que los obsequios corporativos no siempre son cien por ciento sinceros y de alguna forma están marcados por intereses particulares.

Los obsequios corporativos, siempre y sin excepción deben estar acompañados de una tarjeta institucional. Puede colocar en adición su tarjeta personal, pero no olvide que el obsequio es a nombre de la empresa que usted representa.

Un buen obsequio también puede ser una invitación a almorzar o a cenar siempre que sea en un ambiente agradable y respetuoso. Los viajes, disfrute de vehículos, invitaciones a pasar unos días en una casa de la empresa, etc. son también regalos, aunque no vayan envueltos en un papel. Se debe ser cuidadoso al aceptarlos porque pueden representar ciertos compromisos para la empresa.

La envoltura debe ser atractiva para generar un buen recuerdo de nuestra empresa. El exterior de un regalo dice mucho del contenido del mismo y de la empresa que lo remite. Una envoltura bien cuidada denota un cierto interés por el acto de regalar y no una mera obligación. Elija colores adecuados a la época pero discretos. Siempre será mejor la envoltura en papel lisa y las cintas de tela.

Antes de dar o recibir un regalo, es preciso verificar las políticas al respecto. Cada cultura organizacional tiene sus peculiaridades y sus puntos de vista al respecto. En ciertos entornos, recibir un obsequio es prohibido, en otros hay montos máximos para poder recibirlos, si ese monto se rebasa, el presente se debe rechazar. Hay ambientes en los que dar y recibir regalos es esperado y completamente natural.

Los regalos de empresa no son regalos sociales; no hay que enviar uno de nuestra parte, pero si agradecerlos.

Al regalar, tenemos que tener en cuenta los aspectos que hay que evitar:

En términos generales entregar solo una tarjeta es mala idea porque puede dar la impresión de falta de interés o de mínimo esfuerzo.

Evite regalar cualquier detalle que tenga el logotipo de la compañía, eso no es un regalo, es un objeto promocional. Hay que alejarse de la tentación de reciclar regalos o de entregar algo que, aunque esté en buenas condiciones ya fue usado.

No realice regalos de alto valor nominal. Regalos demasiado ostentosos pueden ser percibidos como fuera de lugar. Recibirlos o entregarlos compromete su reputación y la de su empresa. Usted tiene la libertad de rechazar, amablemente, un obsequio que entienda no apropiado.

No es correcto entregar los regalos en público, podrían ser malinterpretados por el resto del personal de una empresa. El regalo debe ser tan discreto en su contenido como en la forma de entregarlo.

El dinero nunca es un buen regalo para dar ni para recibir, a menos que se trate de una compensación que viene aparejada de un recibo de nómina. Si es de un tercero, recibirlo es pésima idea y puede ser la antesala de un problema.

No se deben hacer o aceptar regalos -salvo contadas excepciones- anteriores a una negociación importante o antes de la firma de un contrato.

No es prudente regalar objetos íntimos. Ropa interior o detalles que comprometan la confianza entre las partes, nunca deben ser opciones para obsequios corporativos.