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A DISTANCIA

Una ofensa innecesaria

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Adolfo ValenzuelaSanto Domingo

Podría entenderse claramente que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no se sienta muy cómodo con el problema de las migraciones desde aquellas naciones que no han alcanzado un amplio desarrollo económico.

Cada uno de los presidentes estadounidenses de las últimas décadas ha enfrentado el problema de manera diferente y ninguno ha encontrado, hasta ahora, la “solución mágica” para resolver el embrollo, quedando todas las partes felices.

Podría entenderse que prometió durante la campaña electoral que detendría el paso de inmigrantes indocumentados hacia su nación, y que debe cumplirles a sus seguidores, si sus planes de reelección no formaran parte de su agenda futura.

Con muro o sin muro, con vetos presidenciales o sin vetos, los movimientos de masas no se van a detener porque siempre que haya personas con espíritu aventurero o con necesidades económicas o de otra índole no satisfechas, las migraciones continuarán.

Las naciones “receptoras forzadas” siempre se van a resentir y todas desean migrantes que aporten al sistema, no que se aprovechen de él. Es un sueño. Las leyes migratorias están vigentes y las violaciones a estas también.

Usar un epíteto tan ofensivo como “shithole” es tener falta de sensibilidad total sobre el respeto a los pueblos de Haití, África y El Salvador, y cualquier otro que no cumpla con “sus estándares”.

Si Trump lo hizo en medio de una reunión con congresistas republicanos y demócratas en la que se discutía una solución al problema de los “dreamers” en “su casa”, la Casa Blanca, y pensaba que el detalle no sobrepasaría las paredes, estaba muy equivocado.

Sus detractores no solo son demócratas, también republicanos que consideran que sus acciones están mermando la credibilidad en la figura presidencial, la cual conlleva cierto código de conducta cuyo rompimiento va corroyendo, poco a poco, su base de apoyo.

Como van las cosas, hasta los noruegos rechazaron la invitación a migrar hacia los Estados Unidos.

Ese, también es otro sueño.

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