SALUD MENTAL

La cabeza lleva al cuerpo

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Ana Mirtha VargasSanto Domingo

La cabeza, sana o enferma, lleva al cuerpo, nuestras acciones van forjando nuestras vidas. Si asumimos una postura como testigo de la película podremos percibir la situación en desapego, sin prejuicios ni egos ¿Qué cuesta la salud mental? ¿Qué resultado tiene la falta de paz? ¿Acaso no nos pasamos “guerreando” desde que abrimos los ojos? ¿Acaso no llegan a dirigir personas que no han sabido manejar la ira? ¿Qué pasa cuando nuestros acompañantes o nosotros mismos somos desequilibrados? ¿Cuánto cuesta la falta de educación y consciencia? Hemos visto los resultados en la propagación de las enfermedades por algo tan elemental como la falta de higiene y el peritaje insuficiente de los profesionales en distintos campos del saber para manejar las circunstancias. Abstenernos de hacer tiene sus repercusiones.

Veamos algunos resultados, según la OPS, reseña en su portal que la depresión ocupa la posición más elevada en los trastornos mentales, le duplica la frecuencia en mujeres que en hombres. Los trastornos mentales y neurológicos en los adultos mayores, como Alzheimer, otras demencias y la depresión, contribuyen significativamente a la carga de enfermedades no transmisibles. En las Américas, la prevalencia de demencia en los adultos mayores (más de 60 años) oscila entre 6,46 % y 8,48%. Las proyecciones indican que el número de personas con este trastorno se duplicará cada 20 años. Indica que los afectivos, de ansiedad y por consumo de sustancias en adultos, graves y moderados, la mediana de la brecha de tratamiento es de 73,5% en la Región de las Américas, 47,2% en América del Norte y 77,9% en América Latina y el Caribe (ALC). La brecha para la esquizofrenia en ALC es de 56,9%, para la depresión es de 73,9% y para el alcohol es de 85,1%. Penosamente afirma: “el gasto público mediano en salud mental en toda la Región es apenas un 2,0% del presupuesto de salud, y más del 60% de este dinero se destina a hospitales psiquiátricos”.

De estos números podemos colegir que urge proveer de herramientas que ayuden al bienestar espiritual y emocional que se traducirá en mejoramiento físico, por lo que se hace necesario que podamos prevenir para que la maquinaria funcione integralmente. Como piezas del engranaje de un motor, somos necesarios unos para otros. Unos gustan de emprender, poner la primera piedra, otros dan seguimiento a lo iniciado, asimismo existen quienes prefieren el fluir de la vida. O de elemento Fuego, muy activos, se tornan inquietos o hiperactivos. Personalidades de tierra, más ejecutivos, materialistas, aterrizados. agua más emocionales o aire, más intelectuales. De acuerdo con la composición que resulta de la integración de las cualidades ocuparemos un lugar favorable y necesario para que nuestro mundo funcione convenientemente.

Desde la escuela elemental se debería proveer mindfulness, y otras actividades que ayuden a la empatía, inteligencia emocional y al equilibrio, además de tener la libertad de acudir al profesional que lo asista cuando sea necesario. Un acompañamiento profesional ayuda a que el usuario modifique conductas si está en entera disposición de trabajar tenazmente para lograrlo.