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FÁBULAS EN ALTA VOZ

Sufrir la historia

La serie ‘El incesto, una tragedia’ me ha resultado difícil de escribir. Escuchar de la propia voz de sus víctimas relatos que arrugan el corazón es muy fuerte para quién cree fielmente en los límites del parentesco. Entrar a la intimidad de sus protagonistas y conocer cómo los verdugos de estas historias han violado la propia vida de sus víctimas directas, y de toda la familia, vulnera la fortaleza con que un periodista debe contar los hechos. A eso es que llamo sufrir la historia. Porque sí ombe, todo el mundo sabe lo sensible que soy, pero creo que con estos casos hasta quien menos se inmuta por la pena ajena, lo piensa dos veces antes de adentrarse a estas historias.

Sin embargo, es necesario conocer cómo actúan estos seres despiadados en contra de su propia familia. Le tengo terror al sufrimiento y por eso es que todos estos días he querido quedarme a vivir para siempre en una ciudad fabulosa donde ni remotamente se violente la integridad de la familia, y mucho menos a los integrantes más sublimes de ella, que son sus infantes.

Durante estas noches de desvelo, me he ido a visitar un lugar donde son los adultos los responsables de proporcionar salud física, emocional y espiritual a los más pequeños. La crianza descansa sobre los hombros de papá, mamá, abuelos, tíos y todos los adultos responsables que quieran contribuir con buenos ejemplos a que los menores se desarrollen sanamente. No escuché un solo caso en el que, como Adriana, alguien haya sido violada por su propio papá, o como el de la joven de Villa Altagracia que tiene un hijo que también es su hermano, o como el del abuelo que abusó de su nieta de 12 años, y murió a mano de la familia contraria.

Esas atrocidades pegan fuerte no solo a las víctimas, sino a toda la sociedad que como yo sufre la historia. Ojalá que si volvemos a tocar estos temas, sea para decir que han quedado en cero las cifras que hoy dan cuenta de que en el país suceden alrededor de 338 casos de incesto al año. Mientras, yo sigo sufriendo la historia.

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