Epicuro y la felicidad

Epicuro, uno de los grandes filósofos griegos de la antigüedad, decía: “El placer es el principio y el fin de una vida feliz”. Planteaba que la finalidad de la existencia del ser humano era conseguir una vida plena, y que esto se logra mediante el placer.

Hay muchas versiones sobre el “epicureismo”, pero desde la perspectiva de una aficionada de la filosofía interpreto que lo que quería significar era que si vivimos una vida basada en los excesos eso nos puede dar una felicidad momentánea, pero si nos enfocamos en disfrutar de los pequeños placeres, entonces sería el principio de una vida feliz.

La ética epicúrea asegura que la felicidad es fácilmente alcanzable, y que cuando se tienen satisfechas las necesidades naturales indispensable, es posible tener un estado de ánimo tranquilo y libre.

Esta visión me llamó bastante la atención, porque en ocasiones nos queremos llevar el mundo por delante y vivimos con el “dale a este cuerpo alegría Macarena” y nos olvidamos de que las consecuencias de estas satisfacciones pueden ser trágicas. Sin embargo, si nos enfocamos en los pequeños instantes que quedan grabados en nuestra memoria como una eternidad: un buen libro, una conversación, compartir un buen vino, y por qué no, un orgasmo con la persona amada eso nos puede llevar a vivir una vida plena y libre de angustias.

Epicuro entendía que un resultado placentero a corto plazo tiene que evaluarse frente a la posibilidad de un placer mayor, más intenso y duradero o a más largo plazo, aunque este último consista en algo sencillo.

De eso se trata la vida, según el filósofo, la felicidad es alcanzable una vez que satisfagan unas pocas necesidades indispensables, si tienes comida, un colchón donde dormir, tu familia, salud, entonces no hay motivos para no vivir un estado de ánimo libre de turbaciones. Desde su punto de vista, la vida es mejor vivirla de forma simple porque esto nos libera.

En ocasiones nos quejamos porque eso que deseamos no lo tenemos, porque las cosas no salen como lo idealizamos, pero la vida de por sí es una oportunidad maravillosa, con sus buenos y malos momentos porque el arte de vivir está en disfrutar de las pequeñas cosas.

Hace unos días una amiga envió con tanta alegría a un grupo de whatsapp fotos de sus flores, de lo lindas que estaban. Hay personas que para ser felices necesitan tener un jardín completo, pero ella se conformaba con solo verlas y disfrutarlas.

Vive, cultiva ilusiones, comparte con personas que te aportan y que te ayudan a ser mejor, sonríe y mira alrededor que el mundo está lleno de múltiples posibilidades y recuerda que en la sencillez de las cosas se esconde el secreto de la felicidad.