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PSICOLOGÍA

Pesimismo: la costumbre de ver el vaso medio vacío

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Redacción La VidaSanto Domingo

El pesimismo se define como la propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más desfavorable. Dicho de otro modo, es la tendencia a ver el lado negativo.

En un momento en que el discurso de muchos dominicanos abunda en expresiones negativas, al menos con relación al estado del país, cabe preguntarse qué factores influyen para que una persona tienda a ver el vaso medio vacío.

La psicóloga y coach de vida Ángela Merán lo explica y dice qué hacer para enfrentar el pesimismo.

¿A qué se debe que algunas personas casi siempre vean el vaso medio vacío?

Tener una visión negativa de la vida tiene mucho que ver con la manera en cómo hemos sido formados. Así como un computador se programa, lo mismo ocurre con los seres humanos: recibimos información a través de los padres, la familia, la sociedad, la cultura en que vivimos... y hay elementos que vienen de cómo se forma nuestra personalidad y que nos hacen tener tendencia o no a ver ese vaso medio vacío, ese vaso medio lleno. Increíblemente, también influyen ahí elementos que tienen que ver con nuestra neurofisiología, como decir neurotransmisores que hacen que la gente tenga más tendencia a la felicidad, al positivismo, a la alegría. Hay personas que tienden más a ver la vida un poco más oscura, más gris. Los elementos pueden ser muchos, pero definitivamente la formación y los ambientes en que hemos vivido tienen un papel importante.

¿Puede el pesimismo ser manifestación de un problema emocional o de salud mental?

Definitivamente, el pesimismo puede ser una muestra de que hay un problema a nivel de salud mental. En los casos, por ejemplo, de personas que están viviendo procesos depresivos, obviamente su visión de la vida es en el lado negativo, su visión de la vida es gris. Muchas personas que han pasado por procesos depresivos hablan de estar como si estuvieran en un hoyo negro, oscuro, porque hay una sensación de desesperanza, de tristeza, de incertidumbre, que les hace muy difícil ver la vida de forma positiva. Los trastornos que están más relacionados con eso tienen que ver con trastornos depresivos.

Algunos dicen ser realistas, no pesimistas. ¿Cómo se diferencian estas dos actitudes?

Una persona que podamos llamar realista difiere de una persona pesimista en la cantidad de carga negativa que tiene la conversación normal. Por ejemplo, una persona realista puede ver una situación y hacer un comentario no necesariamente positivo acerca de ella; eso no la hace pesimista. Ahora, si una persona, la mayoría de su conversación, de su discurso, está enfocada a ver siempre la parte negativa, o sea, hay una frecuencia, hay una cantidad abundante de pensamientos y conversación de tipo negativo, entonces eso la diferencia de una persona que en algunas ocasiones puede ver la parte negativa. Ahora, el elemento que, para mí, es más diferenciador entre uno y otro es que el pesimista generaliza. El realista más probablemente se va a enfocar en puntos concretos: "Bueno, no creo que esto va a funcionar por tal cosa", o sea, es algo concreto. El pesimista te diría: "No, eso nunca funciona y nunca funcionará", o sea, te generaliza.

¿Qué podemos hacer para cambiar la actitud negativa?

Para cambiar una actitud negativa sobre la vida, lo primero que tenemos que hacer es tener la valentía de cuestionar lo que creemos. Mucha de la visión negativa de las cosas y la vida viene de lo que nosotros los coaches llamamos creencias. Una creencia no es más que una "verdad" que yo acepto sin necesidad de comprobarla. Las culturas, los grupos, las personas, tienen creencias, tienen ese tipo de afirmaciones y "verdades" que rigen decisiones y actitudes. Ahora, madurez tiene mucho que ver con atrevernos a cuestionar lo que yo he creído toda la vida: ¿Es realmente esto así? ¿Siempre ha sido así? ¿Siempre será así? ¿Conozco algún otro caso en el que esto no se diera como yo digo que siempre se da? ¿Conozco a personas que pudieron ser exitosas en esta situación? El cuestionar esas creencias me permite, me da la libertad, de darme cuenta de que quizás mi pesimismo no tiene tanto sentido como el que yo le veo. Otra cosa es rodearse de personas que tienen una manera diferente de ver la vida. La influencia, así como puede ser negativa, puede ser positiva. La negatividad es contagiosa, lamentablemente; pero, del mismo modo, una forma positiva, madura, de, desde los recursos de la persona, ver la vida también es contagiosa y, más que contagiosa, es aprendida cuando nos rodeamos de personas que funcionan desde esa perspectiva.

¿Cómo manejarnos con una persona pesimista?

Lo primero que yo pienso que sería provechoso es llenarnos de compasión. ¿Por qué? Porque desde la compasión y la comprensión tenemos más capacidad de poder impactar positivamente la vida de otra gente. Entonces, lo primero es recordarnos de que cuando esa persona me habla de manera negativa, de manera pesimista, de manera temerosa, acerca de las circunstancias presentes y futuras, yo tengo que entender que no me habla ella: me habla su temor, me está hablando aquel que no tiene las herramientas para lidiar con esos pensamientos negativos y de temor y, por lo tanto, mi mejor postura es verle con compasión y con comprensión.

Una vez yo me coloco en esa posición de compasión y comprensión, de una manera asertiva pero cuidadosa puedo ayudarlos a cuestionar algunas de esas creencias, de esas "verdades", donde cuestionarlas de una manera inteligente pudiera ayudarlos a ellos a ver que, probablemente, eso que creen, eso que les gobierna sus decisiones y sus perspectivas de la vida, puede no ser cierto. Y cuando eso ocurre eso pudiera ayudarles a cambiar su forma de verlo.

Lo último que pienso que sería muy útil es quizás ayudarlos a atreverse a, por lo menos por una vez, intentarlo de manera diferente, intentar actuar en contra de esa actitud negativa o pesimista que tienen, y atreverse a hacerlo de una manera diferente esperando resultados de otro tipo.

También pienso que hay personas que son pesimistas crónicos, que han abrazado su pesimismo y se sienten muy cómodos ahí. A ese grupo yo lo trataría con respeto, pero con una cierta distancia, porque, como dije, la negatividad y el pesimismo pudieran afectarnos y eso se ha comprobado en estudios de neurociencia donde se muestra que hay un impacto en nuestro sistema neurológico, en nuestra manera como enfocamos la vida y en nuestros niveles de estrés, inclusive de algunas hormonas que fluctúan y hacen cambios, cuando nos rodeamos de gente que está continuamente quejándose, continuamente diciendo cosas negativas. En esos casos, mucho amor, mucho cariño y un poco de distancia.

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