En cámara lenta

El carreteo ha puesto a Emma de cabeza, se empeñó en que participáramos en el embotellamiento a razón de cinco kilómetros por hora para protestar contra todo lo que nos hace la vida imposible en este país de nuestros amores, los tapones incluidos. Al negarme en redondo, mi morena cocinera no tuvo más remedio que ponerse al habla con un sobrino que posee una camionetica de acarreo. La comida de ayer, tuvo lugar a las doce en punto, el sobrino la recogió temprano para lograr un buen puesto en la marcha motorizada. El platanero se sumó, ya que se trató de un desfile en cámara lenta, lo que le permitió andar cómodamente en su triciclo. Con Emma fueron dos comadres y una sobrina, todas dispuestas a trasformar el panorama político y hacer de este país algo más grato para sus sufridos habitantes. El calor de justicia que azota en estos días, no va a detener la parranda de correteadores que ha reclutado Emma.

La verdad es que la originalidad de las protestas va en aumento: sombrillas amarillas, marchas verdes, desfiles en cámara lenta, ¿qué más se les ocurrirá como modo pacífico de obligar al gobierno a enderezar su rumbo? La imaginación creativa del dominicano es maravillosa, rogaré al Altísimo para que los resultados lo sean también...