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COSAS DE DIOS

Seis mil hermanos

Más de seis mil hermanos, hijos de un mismo padre y una misma madre, se reunieron el pasado domingo. Conformaban una multitud de gente que ha sufrido heridas, que ha caído y cometido errores. Basta intimar con cualquiera de ellos y descubres cicatrices, como en todas las familias. No obstante, cuánta alegría transmiten reunidos.Nunca había visto danzar y cantar, sin ensayo alguno y en perfecta armonía, a miles de personas.

Juntos, también, son capaces de vencer obstáculos, superar lo imposible, construir puentes y destruir montañas. Los veo y me digo que ellos, y sus semejantes, que andan por el mundo disfrazados de mariposas azules y nubes blancas, constituyen la fuerza que va a impulsar a la Iglesia Católica. Así como lo hizo la Renovación Carismática, la Hermandad de Emaús, que celebró su fiesta nacional del Resucitado el pasado domingo, en Santiago, representa una brisa fresca, un nuevo empuje para los católicos.

Su división, entre hombres y mujeres, logra unir, de una manera milagrosa, a las parejas que se ven apoyadas por sus iguales y reconocidas en su individualidad. Además, acerca a los miembros de las dos hermandades, entre sí, las mujeres con sus pares y los hombres con los suyos, como no había visto en ningún otro movimiento cristiano.

Emaús, asimismo, logra integrar a los hombres a la Iglesia cuya feminización preocupa a muchos. Y este acercamiento, de los varones, repercute en la familia. En el autobús, de regreso a Santo Domingo, dos de los hermanos, casados por lo civil desde hace años, propusieron matrimonio a sus esposas. Detalles como ese hacen que esta hermandad, basada en el servicio, nos enamore.

Recuerdo cuando acudí a una misa post retiro, porque dos amigas estaban allí. Me dije que quería ser parte de eso y el momento llegó sin buscarlo. Pertenezco a los miles de hermanos que tienen en común a Dios, como padre, a la virgen María, como madre y a la Iglesia Católica como nuestra casa. También, compartimos la certeza de que Jesucristo ha resucitado que, en verdad, resucitó.

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