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PERFIL

Hugo Segura: 53 años de carrera meteorológica

EL ÚNICO LICENCIADO EN CIENCIAS METEOROLÓGICAS DE REPÚBLICA DOMINICANA TIENE DOS GRANDES SUEÑOS: QUE SE IMPARTA LA CARRERA EN LA UASD Y QUE LA ONAMET SE CONVIERTA EN UN INSTITUTO

Maestro de generaciones, Hugo Segura ingresó a la UASD en 1983 como profesor de Geografía. Fue jubilado como profesor emérito. ©Adriano Rosario/LD

Maestro de generaciones, Hugo Segura ingresó a la UASD en 1983 como profesor de Geografía. Fue jubilado como profesor emérito. ©Adriano Rosario/LD

Don Hugo Segura celebra 53 de relación académica y profesional con la Meteorología.

Tras la muerte en febrero de 2017 del profesor José Plácido Cabrera, se convirtió en el único licenciado en Ciencias Meteorológicas del país, carrera que eligió luego de trastabillar entre la Contabilidad, la Agricultura y la Agrometeorología.

El profesor dice sin embargo que la unicidad, en este caso, no es gran cosa.

“No me gustaría ser el único, pero la muerte nos separó”.

Plácido era su compadre y además compartían ser los únicos licenciados en el área. Se formaron fuera, pues la licenciatura no se imparte aquí.

Juntos se hicieron técnicos aeronáuticos en la Universidad de Buenos Aires (UBA) a mediados de los años 60.

Pero la carrera de Segura comenzó, como actividad prima “que da paso a todo lo otro”, con las observaciones meteorológicas.

Al regresar de Argentina trabajó como pronosticador aeronáutico por unos cinco años y luego, pensando en superarse académicamente, aprovechó la oportunidad de hacer la licenciatura en la UBA y regresó al Sur, donde pensaba que solo duraría tres años de estudios gracias a su formación anterior.

“¡Oh, decepción! Me dijeron: ‘No, señor. El nivel técnico no es igual que el de la licenciatura; aunque las materias sean homónimas, usted tiene que comenzar desde cero’. Es lógico. Y comenzamos de nuevo, cinco años. Regresé en el 76 con una licenciatura en Ciencias Meteorológicas”, comparte con Listín Diario.

Por falta de plazas en Argentina, su amigo Plácido Cabrera hizo la carrera en Costa Rica. “Allí le convalidaron el técnico e incluso lo pusieron como ayudante de profesor. Oye cuánta dignidad. Pero todo conviene. El regresó en tres años y yo en cinco. Él creó la cátedra de Meteorología en el Departamento de Física de la Universidad Autónoma de Santo Domingo”.

Hugo Segura: “Don Plácido me decía: Compadre, no se preocupe, que la Meteorología va a progresar”. ©Adriano Rosario/LD

Entre la UASD y Onamet

Segura ingresó a la UASD en 1983 y allí desarrolló una exitosa y reconocida labor como profesor y director de la Escuela de Ciencias Geográficas (2005-2008). Antes de que lo jubilaran como profesor emérito, dedicó muchos años a promover la creación de la licenciatura en Ciencias Meteorológicas y pensando en ello fundó varias cátedras que hoy se imparten en las licenciaturas de Geografía y Física.

Ya no imparte docencia, pero del lugar que según dice no lo saca nadie es la Oficina Nacional de Meteorología (Onamet), institución de la que forma parte desde 1964.

Aquí es el encargado del departamento de Educación y de la escuela, fundada en el 2000.

¿Qué hacen allí?

“La función principal es formar los recursos propios de la carrera tanto nacional como internacional. Si hay un profesional que está actualizado en su carrera es el meteorólogo. Acá cada año siete o nueve se desplazan a un centro regional en Centroamérica o en cualquier parte del mundo a hacer ejercicios, cursos de semanas, pequeños diplomados en todas las áreas”, explica Segura.

La Onamet mantiene dos convenios en formación y capacitación, uno con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y otro con la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y España que brinda apoyo en formación a los países iberoamericanos en las modalidades presencial y semipresencial.

Segura explica que la OMM, la AECID y Estados Unidos son tres de los principales socios de cooperación con que cuenta la Onamet, tanto en formación como en capacitación.

“Nuestra membrecía con la OMM, que mantenemos al día, nos da derecho a programas educativos y asistencia técnica totalmente gratis. La cuota que pagamos es muy baja y en cambio recibimos tres veces esa inversión en asistencia”.

Este convenio les ha permitido formar especialistas en Meteorología.

“Enviamos a dos a Costa Rica, siendo licenciados en áreas distintas, uno en Estadísticas y otro en Tecnología de la Información, que se hicieron especialistas en Meteorología, equivalente a un meteorólogo, pero obviamente la formación no es la misma”.

Agrega que se trata de un programa dirigido a ingenieros y profesionales del área de ciencias de alto nivel.

“Porque la meteorología es física, es un gas que estudias cómo se expande. Por eso es tan difícil hacer un pronóstico, porque es un gas que se desplaza. Un huracán se está desplazando a 15 kilómetros por hora, pero el viento está a 120, y yo tengo que predecir dónde va a estar en tres o cuatro horas, ¡caramba!”

Don Hugo creó en la UASD varias asignaturas pensando en la licenciatura en Meteorología, entre ellas Climatología II y Termodinámica de la Atmósfera. ©Adriano Rosario/LD

Formación local

Los cursos locales están dirigidos generalmente a la mejoría y refrescamiento del personal técnico y para que muchos suban de nivel.

“Tenemos cuatro niveles: el técnico inicial, la persona que hace la observación meteorológica, que mide la presión, la humedad, el viento (hoy tenemos sensores remotos que las miden sola y nos remiten la información, pero la mejor observación es la que se hace con la mano); después tenemos el técnico medio, que ya tiene experiencia y puede supervisar, ser encargado de una estación meteorológica de una de las regionales del país, de las que tenemos unas 18; tenemos el técnico meteorológico superior o dos, si se quiere; y el meteorólogo uno, que es el académico, el licenciado en Ciencias Meteorológicas o su equivalente”.

Actualmente la familia Onamet, de 112 miembros, cuenta con ocho meteorólogos”.

La escuela también dispone de un programa de puertas abiertas y educación pública que presta asistencia, imparte charlas de temas meteorológicos y brinda asesoría a estudiantes, instituciones y particulares. Solo el año pasado, comenta Segura, 500 estudiantes de todos los niveles (de escuelas públicas, colegios y universidades) visitaron las instalaciones de la Onamet en busca de información.

“Tenemos mucha demanda. Y no vienen más porque no encuentran cómo llegar”.

EL INSTITUTO, UN SUEÑO

Uno de los grandes sueños del profesor es ver la Onamet, que desde el año pasado es dependencia del Ministerio de Obras Públicas, convertirse en el Instituto Dominicano de Meteorología (Indomet).

El proyecto de ley con este fin, del que Segura formó parte del equipo de redacción, ya se encuentra en la Comisión de Agricultura del Senado.

“El instituto elevaría el nivel jerárquico de la oficina, nos proporcionaría ingresos propios y autonomía administrativa y técnica. Lo único que le ruego a Dios es que me permita verlo, aunque sea el primer mes”.

Para segura, el cambio permitiría que se hagan más investigaciones y mejorar la calidad de vida de los técnicos y meteorólogos del país.

“Tendríamos una institución reforzada económicamente, porque nosotros los meteorólogos tenemos mucha voluntad, mucha intención. No somos mezquinos. Antes el Estado nos asistía, nos tomaba en cuenta, pero ya no”.

Uno de los grandes sueños del profesor es ver la Onamet, que desde el año pasado es dependencia del Ministerio de Obras Públicas, convertirse en el Instituto Dominicano de Meteorología (Indomet). ©Adriano Rosario/LD

DE LA CARRERA

Sobre la ilusión de una licenciatura en Ciencias Meteorológicas en la UASD, sostiene que están a punto de convertirla en realidad, y que se ha tardado porque la UASD tiene un presupuesto limitado y eso implicaría un egreso económico.

“En realidad solo habría que cambiar tres o cuatro materias que se imparten en la carrera de Física y pasarlas a la de Meteorología. Es decir, no hay que crear sesiones nuevas y el estudiante obtendría la licenciatura en Meteorología”.

¿AVANZAMOS?

“Vamos bien. Estamos coincidiendo con la dirección nacional en dar importancia a los recursos humanos. Honorablemente nos estamos poniendo viejos, y no lo digo por mí, sino por todos nuestros predictores, que son el sostén de la credibilidad meteorológica, y lamentablemente hay dos o tres que podrían irse. Contar con un radar es una meta, pero parece ser que hay unos convenios y es posible que se consiga uno para el Norte”.