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Tener reacciones correctas

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María Antonietta RonzinoSanto Domingo

La inteligencia emocional es más importante que el cociente intelectual. Daniel Coleman

Culaquiera puede ponerse furioso, eso es fácil. Pero estar furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma correcta, eso no es fácil. Aristóteles, ética a Nicómaco.

Existe una extendida enfermedad emocional que se expresa en el aumento de los casos de depresión en el mundo entero, y en los recordatorios de una corriente de agresividad: adolescentes que van a la escuela con armas, accidentes en autopistas que acaban con disparos, y muchos otros casos, todo producto de la ineptitud emocional, la desesperación y la imprudencia en nuestras familias, nuestras comunidades y nuestra vida colectiva. Estos años han sido la crónica de una creciente rabia y desesperación, ya sea en la soledad de los niños encerrados con el televisor por la niñera, o en el dolor de los niños abandonados, descuidados o maltratados, o en la espantosa intimidad de la violencia marital, que es una creciente calamidad de nuestra vida emocional compartida, también en los hijos maltratadores que los hay muchos, como padres, que desde que los niños nacen los acostumbran al maltrato verbal y, en ocasiones, físico y tienen un crecimiento rabioso y rebelde. Y se debe tener mucho cuidado porque después serán adultos carentes de autodominio que por la misma razón no disfrutarán de buena salud y bienestar.

No se puede negar que cuando tenemos ira tratamos mal al otro, no importa quién sea. El disgusto es igual en el mundo entero y el mensaje que se envía es idéntico: algo tiene un sabor o un olor repugnante. Contrario es el amor, que debe ser ternura.

Otro punto a señalar es el de las personas con un elevado conciente intelectual y tienen dificultades y las que con un cociente intelectual modesto se desempeñan sorprendetemente bien. ¿Saben que en la arquitectura del cerebro, la amígdala constituye algo así como una compañía de alarmas? Pues la amígdala actúa como un depósito de la memoria emocional. Los animales a los que les extirparon la amígdala carecen de furia y miedo. Sin amígdala no hay lágrimas de pesar que deban ser aliviadas.

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