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FÁBULAS EN ALTA VOZ

Necesidad de la vocación de servicio

Le tengo un gran respeto al médico y al maestro. Sobre los hombros de ambos profesionales recae una tarea de mucha responsabilidad. De ahí la importancia de que para incursionar en estas áreas se tenga vocación de servicio. No basta con decir: “Quiero ser médico o profesor”. Se hace necesario poseer el arma más poderosa para desempeñarse en estas carreras, la sensibilidad. Cuando se tiene esta virtud siempre será más fácil sanar al enfermo o enseñar al ávido de conocimiento. Decepcionada por la prepotencia y falta de humanidad de un grupo de ‘profesionales’ de la salud, una familia decidió transportarse a una ciudad fabulosa para ver de cerca cuáles son las cualidades que deben exhibir los médicos. Para su sorpresa, los miembros de esta familia no solo encontraron un manojo de requisitos para ejercer en el área de la salud, también observaron que lo mismo sucede con los maestros, quienes deben ser dueños del don de la enseñanza. Pero como en este caso, lo que más le importa es el papel del médico, revisaron hoja por hoja el decálogo que contiene ‘los diez mandamientos del profesional de la salud’. Entre ellos llamó poderosamente su atención el punto que hace referencia a la vocación de servicio que, de tenerla puede que cumpla con el resto de los tópicos. Sí, porque cuando se tiene esta cualidad duele el dolor ajeno, se dispensa amor al enfermo y a su familia, se tiene comprensión, se apuesta a proporcionar bienestar, nunca a enfermar más al paciente y alterar sus parientes. Cuando se tiene este don, se abandonan los conocimientos para dejar fluir el afecto, la sensibilidad y lo que es tal vez más importante, la confianza que se quiere conquistar para darle seguridad al enfermo y a su familia. Coincidencialmente, en el área de la educación pasa lo mismo. Porque de no aplicar estos ‘mandamientos’ se trabaja para conseguir lo contrario a lo que se busca. Con una visión más amplia de lo que significa ser un buen facultativo, la familia regresó a su realidad y, al notar que donde estaba interno su pariente carecían de esto, decidió hacer una mejor elección y llevarlo a un lugar donde la experiencia, los conocimientos, la responsabilidad y el compromiso dejaron claro que la vocación de servicio sí existe en República Dominicana, pero siendo honestos, hay que buscarla con lupa. ¿Será que algunos profesionales no dieron con buenos maestros o es que con eso se nace? Usted tiene la respuesta.

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