¿Qué hago con ellas?

Me gustan mucho las revistas por su contenido relajante, educativo y diverso. En ellas encontramos de todo un poco, y al hojearlas no contraemos el compromiso que hacemos cuando nos disponemos a leer un libro, que representa una experiencia más seria. La revista es más libre porque no es secuencial, pues tan pronto nos habla de belleza, de temporada, de moda, como nos aconseja qué llevar para determinada ocasión de acuerdo a edad y contextura física. Resalta figuras, nos habla de música, literatura, arte, actividades sociales, consejos de todo tipo, incluyendo cómo comer, ejercitarnos, maquillarnos, y desintoxicarnos física y mentalmente. En una revista encontramos también sugerencias y consejos para nuestra superación personal, historias de éxitos, ejemplos a seguir y hasta recetas. Nos llevan a viajar alrededor del mundo, compartiendo espacios, monumentos importantes, costumbres, gastronomía, y cultura general. Por ellas nos enteramos de la vida de los famosos, no solo los actuales, sino también los de épocas anteriores que han dejado su legado en la historia de la humanidad. Ah, y también propaganda, que muchas veces nos muestra opciones interesantes aunque no siempre alcanzables, pero bueno, se toma lo que se puede. Lo bueno de la revista es que las hojeas, lees lo que te apetece y las dejas. Por ejemplo, LISTÍN DIARIO ofrece revistas muy interesantes y amenas, que yo, después de disfrutarlas, las enviaba a consultorios médicos, dentistas, salones de belleza, y distintas oficinas, con el fin de que se hiciera más placentera la espera de turnos. Pero ahoraÖel celular ocupó su lugar y ya no las encuentras en las mesitas, por eso estoy pensandoÖ ¿Qué hago con ellas?