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COSAS DE DIOS

Camila cambió la tarea

Las mejores clases son aquellas en las que quien ofrece la lección más provechosa del día se encuentra sentado en un pupitre, entre los alumnos. Ocurrió en un aula con estudiantes de séptimo grado. La profesora de Formación Humana abordó el tema del aborto, tras lo cual, pidió a sus alumnos que hicieran en sus casas una tarea y los dividió en dos grupos, unos a favor y otros en contra de esta práctica. Les dijo que cada quien debía explicar el porqué de su posición de rechazo o aprobación.

Mientras sus compañeros inclinaban la cabeza para copiar el mandato de la maestra, Camila, una niña de doce años, la interrumpió y pidió la palabra. La profesora, receptiva, le permitió hablar.

Camila hizo un planteamiento poco común en las aulas de cualquier país. Le dijo a su maestra que su tarea no le parecía adecuada. ¿Cómo podía haber, entre niños de su edad, alguno que estuviera a favor del aborto? A su entender, la asignación debía ser otra.

La profesora sopesó la sugerencia de la niña y cambió sus instrucciones. Les pidió que escribieran una lista de argumentos sobre por qué no se debe abortar. Así lo hicieron. ¿Bonito? Pues, lo más bello de esta historia aun no lo he contado.

Resulta que esta jovencita preciosa, inteligente, decidida y audaz, cuyas ocurrencias y anécdotas suman un gran repertorio, pudo ser una candidata para no llegar a este mundo. A los tres meses de nacida, Camila sufría bajo peso, había perdido todo el pelo y sus bracitos se encontraban doblados hacia atrás porque, para que no se cayera de la cama, le habían hecho hoyos al colchón, donde metían sus codos. Su vida corría peligro. Entonces, Ana Méndez se cruzó en su camino y la asumió como hija propia. Hoy es su mamá. Ella, y toda su familia, incluidas Ámbar, otra de las hijas de Ana, están orgullosas de Camila. Me mostraron sus calificaciones. De diez asignaturas, hay seis por encima de 90. Además, vi el paquete completo de los boletines de tardanza, que entrega el colegio de Camila para presentarlos cuando a algún alumno se retrasa. El año pasado, ella no utilizó ninguno pese a que tiene la responsabilidad de prepararse sola para asistir a clases. Frente a una alumna así, se entiende que la profesora esté dispuesta a escuchar sus sugerencias y hasta, si lo sugiere la sabia Camila, cambiar la tarea.

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