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Familia

Estilos de crianza y sus consecuencias

A algunos padres les produce un verdadero malestar negar hasta el más mínimo capricho a sus hijos, pues sienten que los hacen infelices, sin darse cuenta que, a veces, con esta acción pueden empujarlos a hacer lo mal hecho.

Hace algún tiempo hemos observado con preocupación la dinámica de algunos hogares, donde la forma de comunicación entre padres e hijos y los roles de cada uno están difusos y en ocasiones parecería que son los hijos quienes tienen la autoridad.

De igual modo escuchamos padres que dicen tenerle “miedo a la reacción de sus hijos” y por esto prefieren “no llevarles la contraria”.

A algunos padres les produce un verdadero malestar negarles hasta el más mínimo capricho a sus hijos. Sienten que los hacen infelices y que por tanto perderán su afecto.

No se debe olvidar tampoco que en la sociedad moderna ambos padres trabajan muchas horas diarias para poder hacer frente a todos los pagos. En muchas ocasiones, los padres llegan exhaustos a casa y sin un mínimo de energía para hacer frente a la educación de sus hijos. Cuando llega el fin de semana, o bien los progenitores deciden aprovechar el tiempo libre para sí mismos, o se dedican a consentirle todo al hijo, ya que se sienten culpables de no poder apenas verles durante el resto de la semana.

Estos niños viven largos periodos de soledad en compañía de la tecnología, en la cual suelen refugiarse por una gran cantidad de horas sin supervision alguna.

Para evitarles frustraciones, los padres suelen cumplir todas las “órdenes” de sus hijos y jamás mencionan la palabra “no”.

Los niños que nacen en este entorno suelen desarrollar una personalidad dependiente, con baja tolerancia al fracaso, poca autoestima y miedo ante los nuevos desafíos.

En la búsqueda de soluciones inmediatas que garanticen la felicidad de los jóvenes, los padres olvidan darles autonomía y exigirles superación.

Existen varios modelos de comunicación y manejo de los límites y reglas en el hogar. En esta ocasión vamos a descartar dos de estos modelos, en los cuales frecuentemente suelen desarrollarse conductas antisociales en los niños y adolescentes.

El permisivo Los progenitores que educan de esta manera, suelen distinguirse por las siguientes características:

* Ceden ante cualquier capricho que se le antoje a su hijo, fomentando que el nivel de frustración del niño sea nulo.

* Siguen tomando constantemente decisiones por sus hijos, rebajando su nivel de autonomía, les quieren hacer la vida más fácil pero simplemente les están convirtiendo en inmaduros.

* No se les exige ni responsabilidades ni obligaciones.

* Les es imposible decir no. El padre permisivo se siente inmediatamente culpable al emplear esta palabra.

* Justifican todo comportamiento negativo del hijo para evitar que se sientan culpables o poco queridos.

* Sobreprotegen al hijo ante cualquier circunstancia.

¿Cómo son los hijos de padres permisivos? Se suelen sentir perdidos al carecer de pautas sobre el camino que deben seguir. Pueden ser manipuladores, inseguros y un tanto impacientes, por lo que les cuesta trabajar con el objetivo de obtener ganancias a largo plazo. Lo quieren todo inmediatamente. Normalmente poseen una gran inmadurez, que en ocasiones va acompañada de una baja autoestima, y tienen problemas para controlar sus impulsos.

El negligente Ojo con este modelo, ya que es más frecuente de lo que pensamos.

Provee al hijo de todo lo material, pero en lo demás se desentiende de él. No cuentan ni las opiniones ni emociones del menor, por lo que crecerá en una atmósfera donde no se siente querido. Se darán cuenta de que, para sus padres, antes que él están muchas otras cosas. Este estilo educativo les convertirá en adolescentes resentidos, conflictivos y muy rebeldes, con pocas ganas de tener aspiraciones en la vida. _Familia )) Psicología (( A algunos padres les produce un verdadero malestar negar hasta el más mínimo capricho a sus hijos, pues sienten que los hacen infelices, sin darse cuenta que, a veces, con esta acción pueden empujarlos a hacer lo mal hecho.

Equilibrio en la formación Luego de ver los modelos que usualmente traen como resultado hijos desobedientes y rebeldes ante la sociedad, veamos un modelo en que se trata de encontrar el equilibrio en la formación de conductas sanas psicológicamente: el asertivo.

Los padres asertivos están muy centrados en el niño, son exigentes y comunicativos. Explican las reglas y consecuencias del incumplimiento de estas, educan al hijo para que sea autónomo y sepa tomar sus propias decisiones.

El objetivo es tener autoridad sin perder la comunicación y la calidez hacia los hijos. No se trata de convertir el hogar ni en un cuartel militar donde el “porque yo lo mando” impere, ni en una comuna hippy en la que cada uno hace lo que le parece, sin importarle el destino del resto de los integrantes de la familia. Es importante crear un hogar donde no haya miedo a hablar, explicar sentimientos y exponer ideas. Las reglas y los límites deben ser consensuados por ambos padres, deben ser claros y acorde a la edad de cada uno de los hijos y, por supuesto, se debe exigir su cumplimiento siempre, razón por la cual deben ser justas.

¿Qué hacer para conseguir un estilo educativo asertivo?

* Exija a sus hijos responsabilidades acordes a su edad.

* Resalte sus buenos comportamientos y ayúdeles a que entienda qué hacen mal.

* Aproveche el tiempo que pasa con él para interesarse por sus aficiones y aspiraciones.

* Escúchelos

* Intente sobreprotegerlos lo menos posible, no es fácil, pero es necesario que aprendan mediante la experiencia. Deben aprender el manejar las frustraciones.

* No etiquete a su hijo con adjetivos como“malo”, “vago” o “tonto”; solo conseguirá bajarle la autoestima.

* Si impone una sanción debe llevarla cabo, es la única manera de hacerle ver que una mala conducta siempre tendrá consecuencias.

* Nunca lo compare con sus hermanos u otros niños.

Conducta. Los hijos de padres permisivos pueden ser manipuladores e impacientes.

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