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Viaje

Santa Lucía la helena de las indias occidentales

Para quienes aman la aventura este lugar da la oportunidad de visitar el volcán, darse un baño de lodo, nadar en alguna playa, entre otras cosas.

Cartel. En su taller, la pintora tiene desplegado su cartel de Christy Creations.

Cartel. En su taller, la pintora tiene desplegado su cartel de Christy Creations.

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Carmenchu BrusíloffSanto Domingo

Con un territorio de apenas 616 kilómetros cuadrados de superficie, la pequeña isla de Santa Lucía atrae a los viajeros con sus famosos baños de lodo y un volcán activo, el Qualibou, con manantiales de azufre. Resaltan además dos conos volcánicos cuyas siluetas forman parte de su bandera: Petit Piton y Gros Piton.

Como una simbología, Santa Lucía es conocida como la Helena de las Indias Occidentales. Es que en el curso de dos siglos la isla fue varias veces inglesa y otras tantas francesa, por lo cual alguien le adaptó de la mitología griega el nombre de Helena, hija de Zeus y Leda, quien en el curso de su vida tuvo tantos pretendientes que fue varias veces raptada y rescatada.

(Santa lucía es actualmente un estado independiente de la Mancomunidad Británica de Naciones). La permanencia del crucero Zenith en el muelle de Castries, su capital, es de nueve horas. Para quienes aman la aventura da la oportunidad de visitar el volcán, darse un baño de lodo, nadar en alguna playa, hacer ‘trekking’ por zonas de naturaleza virgen o incluso sobrevolar en helicóptero la isla. De las opciones de excursión, elijo la simple y más barata (41 dólares por persona): Visita de la isla.

Al final, a mi hijo Alexis y a mí no nos convenció demasiado, pues el guía ni siquiera de memorieta ofrecía suficientes datos interesantes. Se explaya sobre su persona e intenta entretener mediante chistes fuera de lugar que nadie ríe. Aún así, tuvimos buenas experiencias.

Caminos empinados Por carreteras empinadas y curvas hay un punto desde donde vemos la cima de uno de los Piton. Al menos, así lo señala el guía. Puede ser cierto. Nuestra primera parada es Caribelle Batik, una casa de cuatro pisos con estilo victoriano. Hablamos con Christine Samuel mientras pinta a mano un bolso, observamos cómo diseñan telas batik, conocemos el proceso del chocolate y la extracción del aceite del coco. Subimos luego hasta el área de Morne Fortune, donde en la casa de un médico inglés retirado, casado con una nativa, probamos varios deliciosos bocadillos.

Me limito a dos: accra, una mezcla de bacalao salteado con hierbas frescas mezcladas en una masa que luego es frita. Lo mojo en kétchup de banana. De dulce: un trocito de bizcocho de zanahoria y nuez moscada. Más tarde, jugo de carambola. Un pequeño cartel informa sobre una fundación para niños interesados en aprender música. La apoya el propietario de la casa. (Más tarde me entero que en este lugar también funciona un restaurante).

Cascada. El agua susurrante y las flores son parte de la naturaleza que rodea la residencia en Morne Fortune.

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