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SOLIDARIDAD Y FILANTROPÍA

¡Todo por los niños!

OFIR Y NESSA, UNA PAREJA DE ISRAELÍES QUE VIVE EN LAS TERRENAS, SAMANÁ, ADOPTARON A UNA PEQUEÑA Y POBRE COMUNIDAD Y ALLÍ CREARON UNA FUNDACIÓN

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Yaniris LópezLas Terrenas, Samaná

Después de viajar por el mundo en busca de aventuras y experiencias, la pareja israelí Ofir Hirsh (Oro) y Nessa Shelemay decidieron afincar los pies. Querían hacerlo en un lugar tranquilo, lejos de disturbios bélicos y rodeado de belleza tropical. Encontraron a República Dominicana en el mapamundi y antes de visitarlo ya sabían que vivirían aquí, aunque no imaginaban dónde. Luego de recorrer el país entero, eligieron el lugar que les pareció más hermoso: Las Terrenas, en Samaná. Amantes de la naturaleza, ambos son artistas plásticos y se dedican a la consultoría de inversiones alternativas. En 2007, la norteamericana Marlee-Jo Jacobson, que les introdujo en estos negocios en Las Terrenas, partió a Estados Unidos y desde allí les pidió que usaran sus ganancias en un proyecto benéfico infantil. Marlee-Jo les solicitó que, en lugar de dulces y caramelos, les donaran a los niños libros y juguetes educativos. Oro y Nessa decidieron ayudar a los pequeños de una de las comunidades más pobres de Las Terrenas a la que ya conocían y visitaban con frecuencia: Agua Sabrosa. Un lugar necesitadoUbicada a cinco minutos del distrito municipal El Limón, la pobreza en Agua Sabrosa se vive en sus precarias condiciones alimentarias, sanitarias y educativas. Los niños caminan descalzos por los caminos vecinales y apenas asisten a la escuela. La mayoría no sabe leer y suelen ser agresivos y desconfiados. Entonces Oro y Nessa decidieron no hacer algo de una tarde, sino intentar mejorar su limitada calidad de vida. Compraron una pequeña parcela de 130 metros donde alzaron seis palos de coco, cobijaron con zinc y crearon la Fundación Marlee-Jo. Tuvieron que enamorar a los chicos, convencerlos de que querían ayudarlos y ganarse la confianza de los padres, que al principio pensaban que esos dos que jugaban con sus niños debían tener problemas mentales. “Me gusta abrazar a los niños que nadie abraza, me gusta ver cómo progresan cada semana. Es más interesante y divertido dedicarse a ellos y hay un desafío difícil y real en este lugar”, dice Oro. Nessa es la experta con las niñas y adolescentes. Las motiva a estudiar, a retrasar el matrimonio que, por necesidad, les llega a los 13 y 14 años. Actualmente asisten a unos 62 niños. DESEAN CREAR ALIANZAS PARA AYUDAR A LOS NIÑOSLos cambios ya se notan en Agua Sabrosa. Nessa y Oro han logrado integrar a los niños en actividades artísticas y recreativas y conseguido que asistan con frecuencia a la escuela. En febrero pasado organizaron el primer carnaval de la comunidad. Los niños elaboraron sus caretas con materiales reciclados y protagonizaron emocionados la actividad a la que asistieron unas 600 personas. Lo más difícil de aceptar del padrinazgo voluntario de Agua Sabrosa, dicen, ha sido perder la vergüenza y pedir ayuda, pues aunque no disponen de recursos, la comunidad ve en ellos a sus únicos aliados. Hace unas semanas inauguraron el local de la fundación (aún sin puertas ni ventanas), donde quisieran que funcionara una biblioteca y aulas para los pequeños. Además de equiparlo, necesitan crear vínculos con instituciones que les ayuden a crear proyectos de todo tipo. La fundación mantiene un canal en Youtube, una página web (fundacionmarleejo.com) y una cuenta en Facebook. Pueden escribirles a fundacionmarleejo@gmail.com.

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