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La historia de los 33 mineros: Hoy se cumplen 12 años del derrumbe en Chile

Una situación similar ocurre en República Dominicana, donde desde inicios de agosto dos mineros, uno dominicano y otro colombiano, están atrapados en la mina Cerros de Maimón, provincia Monseñor Nouel, mientras realizaban trabajos para la Corporación Minera Dominicana (Cormidom).

Después de 10 intentos, el 9 de octubre de 2010  los mineros lograron ver la luz luego de 69 días a 35 celsius. La excavadora llegó hacia el refugio donde se encontraban, descendieron en la cápsula dos militares para ayudarlos a subir a superficie y el resto es historia./ AFP

Después de 10 intentos, el 9 de octubre de 2010 los mineros lograron ver la luz luego de 69 días a 35 celsius. La excavadora llegó hacia el refugio donde se encontraban, descendieron en la cápsula dos militares para ayudarlos a subir a superficie y el resto es historia./ AFP

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María Tejada LorenzoSantiago, RD

Este viernes se cumplen 12 años de uno de los sucesos más impactantes en la historia de la supervivencia. Desde aquel 5 de agosto de 2010 y el siguiente par de meses (69 días), 33 mineros quedaron atrapados en la Mina San José, en Chile.

Los hombres, que rondaban entre los 19 a 63 años, tuvieron que mantenerse con los pocos insumos que cargaban.

El portal de internet “América Economía” publicó en octubre de 2010 que en los primeros 17 días, cuando el equipo de rescate y la familia desconocía si seguían vivos, la dieta de los mineros consistía en dos cucharadas de atún cada 48 horas, medio vaso de leche, media galleta y un tarro de duraznos en conserva entre los 33 operarios.

Mientras esto sucedía, los rescatistas desarrollaban un plan de perforaciones con el objetivo de al menos saber si existía alguien con vida en ese entonces. En un video colgado por “24horas.cl”, el exministro de minería en Chile, Laurence Golborne, dijo en ese entonces que se estaba siguiendo el protocolo para proteger las barras de minería, el pozo, y luego la instalación de cámaras.

La desesperación y angustia eran parte de lo que vivían los mineros enterrados entre los yacimientos minerales. Sin embargo, el minero José Ojeda decidió dejar entre las rocas un mensaje en papel que llenaría de esperanza a los rescatistas y familiares, en letras rojas decía “Estamos bien en el refugio los 33”.

Fue el 22 de agosto cuando en medio de las excavaciones encontraron la única señal de vida que tenían de los mineros en ese entonces.

“A partir de ese instante se inició una segunda etapa, porque una cosa era encontrarlos y otra era rescatarlos. Se creó un tubo de acero que contenía colchones enrollados, comida en polvo, ropa y agua”, manifestó en 2010 a los medios de prensa, Sebastián Piñera Echenique, expresidente de Chile.

A partir de este hallazgo importante, el ejército de Chile construyó una cápsula de hierro de 51 centímetros de ancho llamada “Fénix 2”, en la que serían transportados los mineros atrapados desde lo más profundo.

Los especialistas más experimentados habían pronosticado que el rescate duraría entre 6 y 8 meses, pero no fue así.

Después de 10 intentos, el 9 de octubre de 2010 los mineros lograron ver la luz luego de 69 días a 35 celsius. La excavadora llegó hacia el refugio donde se encontraban, descendieron en la cápsula dos militares para ayudarlos a subir a superficie y el resto es historia.

En la actualidad esta mina se encuentra cerrada luego del suceso. Sin embargo, en el lugar se observan letreros, fotos y una capilla en honor a los 33 sobrevivientes de la hazaña.

Mientras que el mensaje en papel y la cápsula utilizada se encuentran en el Museo Regional de Atacama en Chile.

La historia, que parecía sacada de la ficción, también fue plasmada en filmes como “Los 33”, protagonizada por el actor español Antonio Banderas.

También se han publicado libros como “Vivos bajo tierra: La historia verdadera de los 33 mineros chilenos”, por Manuel Pino o “Los 33”, de Jonathan Franklin.

Los mineros de RD

Una situación similar ocurre en República Dominicana, donde desde inicios de agosto dos mineros, uno dominicano y otro colombiano, están atrapados en la mina Cerros de Maimón, provincia Monseñor Nouel, mientras realizaban trabajos para la Corporación Minera Dominicana (Cormidom).

Gregory Méndez Torres y Carlos Yepez se encontraban trabajando durante la madrugada del lunes 2, en el nivel 215 de la mina subterránea, específicamente a 95 metros del área impactada por la caída del material.

Hace unos días, Cormidom informó que los mineros cuentan con insumos como ropa seca, oxígeno, agua limpia para bañarse, bebidas hidratantes, suplementos líquidos y todo lo necesario para su “comodidad” que le han suministrado para su estancia mientras el equipo técnico trabaja en sacarlos de la mina.

Luego del incidente, algunos familiares han tenido contacto con los mineros. Harlin Méndez, hermana de Gregory Méndez Torres, dijo que ambos estaban “muy contentos dentro de lo que cabe y cherchando como siempre”.

Mientras que el presidente Luis Abinader se trasladó el pasado jueves hacia la mina Cerros de Maimón, para comunicarse con los mineros. Allí les dijo que cuando salieran les iba a invitar al Palacio Nacional.

Ante la invitación, el criollo le respondió que recibirá al “dominicano más jevi” y al “colombiano más chimba”, aunque el mandatario dijo no saber lo que significa “chimba”.

Jornada de rescate

Paul Marinko, presidente de Cormidom, dijo el pasado martes que disponen de un equipo multidisciplinario con más de 70 personas, compuesto por nutriólogos y geólogos con experiencia en geotecnia y deslizamiento de rocas, igual que apoyo y asesoría del Ministerio de Energía y Minas, Dirección General de Minería, Ministerio de Trabajo, socorristas del Centro de Operaciones de Emergencia (COE), equipo humanitario de rescate del Ministerio de Defensa, equipo de rescate de Moran Mining Group, de Canadá, y la Defensa Civil local.

Este viernes llegó la máquina tuneladora desde la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET) y está siendo evaluada para la excavación.

Hermani Salazar, director técnico de la OPRET, dijo que es un método ágil de excavación en túneles no muy grandes y que para la situación, cree que “funcionaría perfectamente”.