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ENFOQUE

Experiencia de viajes a las dos China

-y III

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Víctor Gómez BergésSanto Domingo

Muchos se preguntan dónde reside la razón de que China Continental, con una población tan numerosa, no hubiera podido reaccionar frente a la miseria y subdesarrollo antes, luego de 31 años de vigencia de la “Revolución Popular” que encabezó Mao Tse Tung, y que prometió entre otras conquistas, erradicar la miseria milenaria que padece y eliminar los privilegios irritantes de la minoría explotadora que gobernó China desde siempre.

Tratando de analizar las causas de este estancamiento económico- social, nos encontramos con que se trata de un país tradicionalista por excelencia, con una sociedad en su mayoría de un bajo nivel cultural, de economía eminentemente agrícola, con un 58% de su población residente en la zona rural. Esta clase en todos los países es dócil a los dictados de los gobiernos, más aún, si se trata de un gobierno de fuerza, es muy conservadora. No posee la capacidad de lucha de las clases proletarias urbanas, que han motorizado a través de las generaciones, los más grandes cambios sociales que registra la historia.

La docilidad de los campesinos parecía ser un factor privativo de los países latinoamericanos, pero el mismo fenómeno se encuentra en Rusia, Asia e Irán, donde hace unos años los ayatolas enfrentaron al Sha Mohammad Reza Palhevi, porque este intentó hacer una tímida reforma agraria, y estos líderes religiosos que son los mayors defensores de los intereses latifundistas en su país, se opusieron, y los campesinos no fueron capaces de levantarse y enfrentar esa actitud reaccionaria de los líderes religiosos musulmanes, que aún hoy siguen defendiendo esos mismos intereses y no han tomado la primera medida que ayude a resolver los problemas de hambre y miseria de esa rica región petrolera de Asia Central, luego del derrumbe de la dinastía reaccionaria que dominó por 2,500 años ese país y que culminó con el Imperio del Sha hace poco tiempo. Aún en Irán, igual que en la India, se siguen muriendo los campesinos de hambre. En otro orden, el sistema político en China Continental controlaba para la época de nuestra visita de manera estricta las actividades del pueblo, entre otros mecanismos, a través de la comida con cupones. Se podía advertir la presencia de filas interminables de chinos comprando en los comercios con sus tickets. Estos solo eran válidos en la ciudad donde trabaja el usufructuario del mismo. Para poder trasladarse un ciudadano de un pueblo a otro, precisaba de un permiso de las autoridades correspondientes.

Este mecanismo hace casi imposible cualquier coordinación conspirativa entre el pueblo en defensa de sus intereses, además, el control político- militar es tanto más estricto en cuanto más dependencia existe del sistema de tickets.

De todos modos, cada pueblo va asimilando sus experiencias y sabe el minuto en que debe actuar. En estos momentos se desarrolla un drama en la política mundial digno de atención, parecería que se van produciendo claras definiciones.

Como siempre ha ocurrido al través de la historia, los países grandes, por distantes que se encuentren en la geografía, aun cuando padezcan graves problemas, seguirán orientando la conducta del universo y los pequeños, seguiremos siendo los permanentes observadores e instrumento de sus designios y solo lograremos alguna gravitación cuando nos unamos, ese debe ser el camino a seguir con constancia y fe.

Desde aquella parte del mundo se ha advertido claramente el interés de Rusia por controlar Afganistán, lo que tiene por objeto poder manipular posteriormente a Irán y por vía de consecuencia toda el área de Medio Oriente productora de petróleo para doblegar de esa manera las grandes potencias industrializadas del mundo, comenzando por Estados Unidos, Japón, Alemania y Francia. De ahí la delicadeza de la disyuntiva que se vive en el mundo de hoy.

Si la Unión Soviética lograra este dominio, el equilibrio político que se trata de mantener en el universo se quebraría, provocando serias distorsiones en la política internacional.

Estados Unidos consciente de esa realidad, busca cada día un mayor acercamiento con China Continental y, hace algunas décadas E.U. acordó la ejecución de un programa de rearme con modernos equipos bélicos, para fortalecer sus fuerzas navales con submarinos y armas sofisticadas propias para su defensa y la de la región del Lejano Oriente, de manera que China pueda servir en un momento dado de punto de apoyo a la defensa principalmente de Japón, Irán, y la India, que luchan por mantenerse al margen de las apetencias hegemónicas de la Unión Soviética.

Hoy todo indica que el mundo anda porque no sean solo dos grandes países los que garanticen la paz, sino tres: Estados Unidos, China y Rusia.

Estados Unidos y sus aliados cuentan desde finales del siglo pasado con otro punto vital de apoyo en el área que es Pakistán, para la defensa de las incalculables reservas petrolíferas de Asia Central. Como un mecanismo de previsión. China Continental, con la colaboración de Inglaterra, inició la explotación al sur de Pekín, de enormes yacimientos de petróleo que le había permitido autoabastecerse con la producción de petróleo que posee, la cual es muy limitada, por la relativa poca demanda que tiene dada su baja capacidad industrial.

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