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También llega a Santiago

El mal lleva curso expansivo por la ciudad

Diez mujeres perjudicadas por el “aliento del diablo” narraron cómo fueron víctimas de asaltos, intentos de atraco y violación sexual luego de estar expuestas a la “droga zombie”, una sustancia que inhibe la voluntad de aquellos que la inhalan o ingieren, convirtiéndolos en sumisos esclavos.

Estos malhechores se trasladan por toda la geografía nacional, acompañados de uno o varios cómplices. Exteriorizan ser personas diestras, pues se desplazan a plena luz del día, sin temor a ser sorprendidos en el acto.

Sus recursos pueden ser un papel que contiene una dirección y, en otra ocasión, los números que saldrán en la lotería. Como inhalar la fragancia de un perfume, el intercambio de pertenencias por un lingote de oro, fueron las principales técnicas que emplearon los delincuentes para engañar a estas mujeres.

Rosa Martínez Una tarde de abril, Martínez caminaba por la Núñez de Cáceres cuando un hombre, de unos 50 años, tez y ojos claros, se le acercó para pedirle una dirección. En aquel momento, otro individuo se arrimó a la escena, alegando que su intención era ayudar al señor.

Rosa, quien se dirigía hacia la universidad, narró que aquella persona le dio las gracias por ayudarlo a pesar de ser haitiano. “Que bueno que me vas a ayudar. Soy haitiano y la gente no me ayuda”, fueron las palabras que enunció específicamente.

“Me enseñó un papel totalmente en blanco. Lo sopló y dobló dos veces. Cuando lo abrió tenía unos números marcados con ceniza, los que saldrían en la lotería, según indicó. No sé cómo lo hizo. Estaba sorprendida y asustada, era como brujería”, narró Martínez, todavía confundida.

Tras evidenciar el acto de “magia”, sus piernas comenzaron a aflojar. Caminaba rápido para huir de aquellos hombres, pero estos, apresuraban el paso para no dejarla escapar. Contó que mientras huía trataba de pensar, pero no podía reaccionar.

“Mi mente estaba en blanco, no podía tomar una decisión. Mi voluntad estaba totalmente quebrantada”, contó la joven de 21 años.

Mientras estaba hipnotizada, la despojaron de su cartera, celular y dinero. “Ellos me dijeron que llegara a un lugar donde pudiera lavarme las manos para abrir el papel. Hice exactamente lo que me indicaron, pero cuando desdoblé la hoja solo encontré una loseta en el interior”, expresó Rosa.

María Encarnación Esta mujer reveló que durante una visita a un centro comercial de Villa Mella, entró al baño, mientras llegaba la persona que la iba a recoger. En ese instante, una señora entró y le pasó por la nariz un papel aromático de los que entregan en las plazas promoviendo perfumerías.

“Al instante me sentí mareada y no podía respirar bien. Pedí auxilio inmediatamente, me echaron agua en la cara y me dieron de beber también”, reveló la señora, quien se libró de aquel intento de asalto.

Francisca Gónzález Mientras caminaba cerca al mercado de Los Mina, fue interceptada por dos hombres, un señor con cabello canoso y aspecto desaliñado, junto a un individuo joven y alto, quienes le preguntaron por una dirección que estaba escrita en un papel. Indicó que al tomarlo en su mano perdió inmediatamente la conciencia. Con rostro de confusión y mirada perdida, por la dificultad de recordar aquel día, relató que los delincuentes le indicaron que se dirigiera hacia su hogar en búsqueda de una tarjeta de crédito, para posteriormente ordenarle que retirara una suma de 10,000 pesos. También le fue saqueado un anillo de graduación que llevaba en su mano derecha. Según relató, mientras entregaba sus pertenecías le dieron un falso lingote de oro como trueque.

Dahyana Piña Fue otra víctima de estos casos. Tenía siete meses de embarazo cuando fue sedada por el efecto de esta droga, en la autopista 30 de Mayo. A plena luz del día, delante de decenas de personas y conductores que por ahí pasaban, le sustrajeron su cadena, monedero, reloj y dinero, que ella misma había retirado del cajero bajo su ordenanza.

Carla González Carla González iba caminando por la avenida 27 de Febrero con Máximo Gómez cuando un hombre de nacionalidad haitiana se le acercó para pedirle la dirección de una parada de autobuses. Después de eso, lo único que recuerda es que el hombre le había enseñado un papel blanco “para que me sacara la lotería”. “El papel estaba en blanco y luego empezaron a dibujarse números. Un cuatro, un 6 y otro que no recuerdo, de repente, volví en sí y salí corriendo atemorizada. No me robó nada, porque no tenía más de 50 pesos, pero duré días para recuperarme de esa mala experiencia”, relató Carla.

Juana Pérez “Lo mío fue con una piedra. La haitiana se me acercó con algo envuelto en un papel poco llamativo. Me dijo: ‘No lo abras, solo agárralo en la mano y cierra los ojos, y cuando yo te diga que abra los ojos, te vas a dar cuenta del gran tesoro que Dios te ha enviado. Así lo hice, pero cuando los abrí y destapé el papel, vi que tenía una piedra común y corriente en lo que tiene que ver con forma, porque en contenido no sé qué tenía. Ella se había ido y yo me quedé buscando mi cartera con 12 mil pesos que tenía para pagar un tratamiento”.

Carla Estévez “Lo único que recuerdo es que yo estaba en una bomba echando gasolina y se me acercó un hombre vendiéndome algo que no recuerdo qué era. Me lo puso en la mano y yo volví en sí en un cajero, en Villa Mella, cuando la bomba estaba en la avenida Independencia.Luego de hacerme mil preguntas de cómo había llegado ahí, pensé que se trataba de un atraco. Y así fue. Entré mi tarjeta y solo tenía los 100 pesos de reglamento. Los 9,000 que tenía la cuenta no estaban. Lo bonito es que yo mismo seguro los saqué porque él no tenía mi clave”, afirmó.

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