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La miseria empuja al éxodo a pedernalenses

Hecho. La opinión más generalizada aquí: “Mientras no haya empleos la migración continuará y los haitianos seguirán llegando...”

Hecho. La opinión más generalizada aquí: “Mientras no haya empleos la migración continuará y los haitianos seguirán llegando...”

“La frontera es un territorio abierto, no importa los esfuerzos que haga el Cesfront”, asegura de forma categórica Jorge Luis Matos, para avalar su conformidad sobre la gran cantidad de haitianos indocumentados en las calles de la ciudad de Pedernales, donde él se gana la vida como motoconchista.

Al momento de ser entrevistado estaba en el puesto fronterizo entre los dos países, donde la actividad estaba “floja”, por ser los martes “un día sin mercado”, que se hace los lunes y viernes.

Minutos antes había llegado al lugar un camión del Cuerpo de Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront) cargado de haitianos para ser devueltos a su país, tras entregárselos a la Dirección General de Migración.

“Pedernales es un territorio de miseria. Mientras aquí no haya empleo la migración continuará, los haitianos vendrán y los de aquí se irán para la capital”, dijo Matos, quien se marchó tiempo después guiando a una ciudadana haitiana que cruzó de manera legal y se dirigió a comprar ropas en la zona franca local.

El comercio binacional forma parte de la cotidianidad, lo que hace que el cruce para uno y otro lado sea algo normal.

Este cruce de la línea de división se hace con suma facilidad, ya sea legal o ilegal. A pesar de los esfuerzos de los agentes del Cesfront, aumentados por las publicaciones de videos y noticias en los medios de comunicación de los últimos días donde se destaca la alta presencia de indocumentados en las grandes ciudades.

Esto se puede comprobar fácilmente, tan solo caminar por la línea de alambres y postes que divide Anse-A-Pitre y Pedernales. Los alambres son cortados para cruzar y los postes tumbados para utilizarlos como leñas.

Nueve agentes del Censfront, colocados cada 200 metros, y supervisados por un oficial motorizado son los encargados de defender el territorio en esa zona. Indudablemente que son insuficientes, no solo por lo mal equipados que están, sino porque “no dan abasto a la avalancha de personas que se movilizan en este territorio”, un lugar casi desértico situado en la parte oeste de la zona que alojan a las instituciones del gobierno.

Haitianos ilegales Horas antes, miembros del Ejército y del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront) en esta provincia, realizaron operativos y apresaron decenas de haitianos indocumentados y los devolvieron a su país.

Una situación distinta a la parte urbana se produce en la zona agrícola donde la presencia de haitianos es normal y muchos regresan a su país después de agotar su jornada diaria de trabajo.

Tanto el Ejército como el Cesfront establecieron puntos estratégicos donde indocumentados trataban de evadir la vigilancia para internarse en comunidades de la provincia Barahona, como Paraíso, Polo y Enriquillo.

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