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PILAR LLOP CUENCA

Jueza española: los casos de violencia contra la mujer deben ser conocidos por tribunales especializados

Una jueza española, especialista en casos de violencia contra la mujer, planteó la necesidad de que los jueces y fiscales que lleven los procesos de violencia de género tengan formación especializada en perspectiva de género, para cuando les lleguen los casos sean manejados alejados de estereotipos.

De esa manera, dice Pilar Llop Cuenca, se puede contribuir a la reducción y sanción a la violencia contra la mujer. Y también ayuda a que cuando una víctima intente retractarse de la denuncia puedan determinar si lo hace por miedo o amenazas.

“La perspectiva de género significa que cuando uno aborde un asunto de violencia de género lo haga alejado de estereotipos de género, la cultura machista que está arraigada en nuestra sociedad y que provoca esos estereotipos de género, que son que la mujeres mienten cuando denuncian, porque quieren obtener beneficios, como por ejemplo en un procedimiento de divorcio”, explicó.

Pilar Llop Cuenca, quien también es diputada socialista en la Asamblea de Madrid, vino a la República Dominicana para fortalecer un proyecto del Ministerio de la Mujer, auspiciado por la Unión Europea, que busca poner en marcha las oficinas de equidad de género que se crearon en el 2001 con el decreto 974-01, pero que no se han puesto en funcionamiento en todas las entidades públicas.

La especialista hizo un recuento de cómo funcionan las juzgados especializados en España, nación que tiene unos 40 millones de habitantes y una media de 60 feminicidios anuales, mientras que en República Dominicana con unos diez millones de habitantes, solo en lo que va de año las cifras sitúan en 75 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas.

Llop Cuenca entiende que pese a los avances que ha logrado España en el abordaje de la violencia doméstica, desde el punto de vista judicial y del derecho todavía queda bastante por hacer. “Tenemos una estructura potente con fiscalías especializadas, juzgados especializados, ¿pero qué pasa? Que los jueces y las juezas pertenecemos a una sociedad que está estereotipada. Entonces, si la sociedad está estereotipada nosotros también y aunque tengamos unas leyes muy potentes y aunque sean leyes perfectas, incluso nuestra resoluciones sean perfectas, en la aplicación el efecto que consiguen puede ser discriminación y ya no son tan perfectas”, dice.

Oficinas de equidad de género

Al ponderar la necesidad de que en las instituciones públicas dominicanas funcionen estas oficinas de equidad de género, la magistrada dijo que estas van a disminuir la brecha de género.

“Hay que aprovechar el Ministerio de la Mujer y hay que potenciarlo porque es un instrumento transformador de la sociedad dominicana y estas oficinas también van a transformar la sociedad, porque la van hacer más moderna y más transparente, porque van a recoger datos que nos van a indicar qué política tenemos que adoptar para evitar esta brecha de género”, afirmó.

Explicó que su trabajo en el proyecto es hacer un diagnóstico y las recomendaciones oportunas para ver en qué lugar de la estructura jerárquica organizacional de los ministerios es donde tienen que ir esas oficinas, y la reglamentación de desarrollo que sería oportuna para las funciones que tiene que tener.

Su testimonio

La reconocida jueza española dijo que no nació con perspectiva de género, pero que un caso la hizo estudiar bien el tema para detectar con mayor conciencia la violencia en contra de la mujer.

“Te voy a confesar una cosa que yo nunca he dicho en público y es que me llegó un informe de la policía de que una mujer, de nacionalidad rumana, había denunciado que estaba siendo explotada sexualmente”, confiesa.

Y continúa: “Durante 24 horas en cualquier momento debía prestar esos servicios y no cobraba, estaba encerrada, había sido abusada sexualmente por personas de la red y no le daban comida. Eran unas condiciones totalmente infrahumanas de explotación absoluta y cuando llegó la victima a declarar en el despacho, se retractó de todo lo que dijo”.

El argumento de la víctima fue que no entendió bien el Castellano cuando fue interrogada, que su familia no había sido amenazada como se había alegado, y que lo hacía (el trabajo sexual) voluntariamente y que sabía a lo que iba a España, relata Pillar Llop.

“Yo a esa víctima le dejé escapar, yo no intenté insistirle, le dije que había una ley de protección de testigos pero ella no quiso y yo no volví a insistir. Ese asunto me abrió los ojos porque durante mucho tiempo estuve pensando que quizás si yo hubiera insistido, si la hubiese abordado con perspectiva de género y perspectiva de derechos humanos no se me hubiera escapado”, reflexiona.

Por eso cree que es tan importante la capacitación de los jueces y la sensibilización, no solo de sentir, sino de detectar que cuando una víctima hace una denuncia y luego se retracta es porque hay una situación de sometimiento. Dijo que aunque actuó apegada a la ley, no lo hizo con perspectiva de género.

Instó a los jueces a ver la dependencia que genera la victima de su agresor en el caso de la violencia intrafamiliar. “Para que me he metido yo en este lio, es el padre de mi hijo, es la persona de la que creo estar enamorada, voy a retirar la denuncia, en el fondo él no es tan malo”, señala la diputada como uno de los pensamientos recurrentes de las víctimas.

Mientras que en el caso de trata de seres humanos se produce un fenómeno muy similar en las victimas de esa red y ellas piensan que no hay salida porque durante mucho tiempo las están agrediendo física y psicológicamente y entonces les anulan en cierto modo su voluntad.

“Por eso hay que tener mucho cuidado con este tipo de delitos, porque son un tipo de delito muy distinto a cualquier otro. Espero que de mi error pueda aprender alguien y no se nos escapen esas víctimas”, dice Llop, mientras cuenta su experiencia en la redacción de LISTIN DIARIO.

Aseguró que los cambios iniciaron en ella cuando comenzó a leer sobre género, asistir voluntariamente a cursos que organiza el consejo general del poder judicial en materia de violencia de género y en materia de igualdad.

“A partir de ahí ya empiezo a detectar todas estas cuestiones de género, como si me hubieran puesto unas gafas de color violeta y empiezo a ver con perspectiva de género. Pero me ha costado mucho porque he tenido que leer mucho y formarme mucho, el tema del genero es algo muy especifico y muy complejo no es tan fácil cambiar, debe haber una voluntad”, revela.

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