MERCEDES SOLÍS

Mujer asegura ser hija del ex presidente Joaquín Balaguer

Mercedes Antonia de la Altagracia Solís, quien asegura ser la hija de Balaguer.

Mercedes Antonia de la Altagracia Solís, quien asegura ser la hija de Balaguer.

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Ramón Pérez ReyesSanto Domingo

En momentos en que el presidente de la República, doctor Joaquín Balaguer Ricardo, gobernaba el país a sangre y fuego, enfrentando una férrea oposición y las situaciones políticas propias de la época, una frágil y tierna niña discurría cada día de su vida jugando en el Palacio Nacional que incluía correteos por los jardines de la casa de gobierno y escondite debajo del escritorio del propio mandatario.

Era la época de los Doce Años (1966-1978) y el país desconocía la existencia de Mercedita Solís, aunque para todos los cortesanos de Palacio era “la niña de la casa”.

La página en blanco sobre esta parte oculta de la vida del fenecido líder del Partido Reformista Social Cristiano se llenó anoche cuando la hoy señora Mercedes Antonia de la Altagracia Solís acudió al programa “La Vida Misma”, para decirle al país que es la hija de Balaguer y que como tal ha vivido toda su vida.

Es hija de la profesora Aura Celeste Solís, nativa de San Juan de la Maguana y como otras de las personas que se señalan como hijos del doctor Balaguer, no lleva su apellido, aunque dice estar dispuesta a hacerse una prueba de ADN para demostrar su origen.

Sus estudios y gastos para manutención fueron pagados por Balaguer, obligación que extendió a sus hijos (dos nietos) hasta el mismo día de su muerte.

Incluso se ocupó de que Mercedita estudiara en el Colegio Santa Teresita, situado en la calle César Nicolás Penson, a pocos metros de la casa de gobierno y le cubrió sus estudios de Inglés y Derecho en el país, y especialidades en España y Canadá.

Realizó estudios de Derecho, que no concluyó, pero se mantuvo al lado del fenecido político, quien siempre la usó en misiones asignadas a gente de su más íntima cercanía.

Relató que en la intimidad le llamada papá y presidente cuando la situación lo ameritaba, pero que sus hijos, Joanna y Jean Carlos, siempre les decían abuelo.

La versión es corroborada por personas que estuvieron en la cercanía de Balaguer como Ramón Pérez Martínez (Macorís), Marino Vinicio (Vincho) Castillo, María Antonieta Bello y Clara de la Cruz, la cocinera durante cuarenta y cuatro años de la familia Balaguer- Ricardo.

Incluso esta última relata que frecuentemente era llevada donde Carmen Celia Ricardo (Doña Celita), la madre de Balaguer, de quien recibía “los mimos de abuela”.

Secreto a voces

Ante una pregunta directa de la conductora del programa, Josefina Navarro ¿Eres hija de Balaguer?, Mercedita lo aseguró y dijo que nunca pensó que esa verdad estaría en dudas.

“Yo tengo una vida, nací y crecí viéndolo, teniendo un contacto directo de padre e hija, y aunque él no me dio su apellido tengo historia con él más profunda que muchos hijos que viven con sus padres”, explicó.

Narró que Balaguer la mandaba a buscar cada día al colegio con su chofer, Saturnino Ramírez, y se quedaba jugando en los jardines del Palacio hasta que el mandatario culminara su extensa jornada de trabajo para poder verse.

Como anécdota, cuenta que jugando con la central telefónica de Palacio pasó una llamada a un teléfono privado del despacho de su padre por lo que el operador fue llamado a la atención “Pero yo le conté la verdad. Él me perdonó, pero me dijo: Tu tienes que saber que siempre los ojos van a estar encima de ti y quiero que aprendas a comportarte siempre como una reina, pero nunca trates a los demás como si fueran tus súbditos”, narró, al explicar el comportamiento entre padre e hija.

Dijo que a pesar de su vida discreta en algunos lugares como el colegio y el Palacio Nacional, era un secreto a voces de que era hija del presidente. Muchas veces, agrega, personas le pedían su intervención para solucionar algún problema con Balaguer y lo hacía ignorando en ese entonces las consecuencias.

“Mucha gente decía que yo recibía un trato privilegiado porque yo era la hembra y él era un poco débil con el sexo femenino, ya que tuvo una relación especial con su madre, como conmigo”, dijo.

¿Por qué ahora?

Aunque no los identificó en su entrevista, Solís dejó entrever que hay personas que no desean que se le reconozca como hija de Balaguer y hasta han puesto en dudas su versión.

Esos sectores, dijo, tienen poder político y no les interesa perderlo porque usufructúan el nombre de Balaguer para sus fines.

“A mi me duele aparecer ahora, por el daño que ellos trataron de hacerme. El querer tergiversar la verdad de los hechos hacia fuera, yo creía que ellos habían admitido que yo soy la hija de Balaguer, pero no lo hicieron y trataron de echar lodo sobre mi reputación.

Yo creo que es el momento de la verdad y es mi verdad y la voy a defender”, argumentó.

Dijo que está dispuesta utilizar la tecnología moderna para demostrar sus palabras y explicó que se había quedado tranquila durante todo ese tiempo porque para hacer la prueba de ADN habría que desenterrar el cadáver de Balaguer, cosa que considera, que por respeto a su memoria no se lo merece.

“Nunca pensé que yo tendría que ventilar este caso públicamente.

Él fue una persona asombrosa.

Lo vi públicamente ayudar a sus enemigos”, proclamó.

Muerte de Caamaño

Explicó que su cercanía con el presidente le permitió conocer las interioridades de algunas decisiones tomadas por él que fueron decisivas para la historia del país, como fue el caso de Francisco Alberto Caamaño Deñó, el héroe de Abril muerto en las montañas de San José de Ocoa.

Dijo que el hecho de que el helicóptero presidencial aterrizara en Palacio, cerca de la iglesia, en un momento en que Balaguer se encontraba en su despacho le llenó de curiosidad.

Dijo que al ver al entonces general Ramón Emilio (Milo) Jiménez descender con un sucio uniforme militar corrió hacia el despacho, llegó primero que el militar y aprovechando que Balaguer estaba en su baño se metió debajo de su escritorio.

“El fue a decirle que los expedicionarios estaban ubicados.

El presidente le dijo que los quería vivos. El general salió del despacho y cuando regresó le dijo que era demasiado tarde.

Pienso que por los golpes que dio en el escritorio, bajo el cual yo me tapaba los oídos, fue lo que hizo que hasta hoy tuviera en mi memoria ese hecho porque en ese entonces yo desconocía lo que estaba pasando”, explicó.

Sueños truncados

El hecho de haber quedado ciego en su primera gestión de Gobierno marcó la vida de Balaguer y lo volvió una persona más desconfiada y un poco amargado, considera Mercedita.

Dijo que esa situación frustró sus planes de viajar por el mundo y leer “ya que no era lo mismo escuchar los libros a través de los labios de otra persona, decía”.

Yo creo que él gobernó el país que recordaba porque tenía una memoria increíble, agregó.

Atentado Narró que una vez frustró lo que considera un atentado contra Balaguer y fue durante una campaña electoral en la cual se le habilitó una vivienda en Santiago de los Caballeros.

Dijo que al descubrir que habían puesto un medicamento llamado Dormicún entre las medicinas de Balaguer se preocupó pero al darse cuenta de que no podía desmontar el plan acudió donde el periodista César Medina, quien dio la voz de alarma y tal vez con esto le salvó la vida del líder reformista.

Con Leonel Dijo que Balaguer quedó deslumbrado al conocer al hoy presidente Leonel Fernández y recuerda que le comentó: “encontré el gallito en otra traba” en alusión al entonces joven político.

“Nunca lo vi fascinarse con una persona.

Le vio condiciones a Leonel Fernández que quizás hasta ese momento nosotros no habíamos observado”, narró.