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FESTIVAL

Ozuna, Ricky Martin y Alborán cantarán en un Viña del Mar marcado por la seguridad

Ricky Martin, Ozuna y Pablo Alborán, entre otras estrellas, actuarán en la nueva edición del Festival Internacional de Viña del Mar, en Chile, en medio de fuertes medidas de seguridad por el estallido social que vive el país.

La 61 edición del considerado mayor festival de música latina del mundo se celebrará del domingo al viernes próximos en su sede habitual, el anfiteatro de la Quinta Vergara de la ciudad chilena.

"Es un evento musical para pasarlo bien, no es un evento político", remarcó este viernes Pablo Morales, uno de los productores ejecutivos del evento, en el acto de presentación oficial que tuvo lugar en un hotel de esa localidad chilena.

ALFOMBRA ROJA CANCELADA

Esta edición se produce en un momento de fuerte convulsión en Chile, por las protestas en las que desde octubre pasado se clama contra la desigualdad social y que hasta ahora han dejado al menos una treintena de muertos, con denuncias por presuntas violaciones a los derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad.

Esta situación ya llevó a la organización del festival a cancelar la tradicional alfombra roja y ya se informó de que aumentarán los efectivos policiales y el cerco perimetral de acceso, con mayores controles y detectores de metales.

El otro productor ejecutivo, José Antonio Edwards, afirmó que se ha trabajado de "manera muy coordinada" con las autoridades políticas y la policía para reforzar "la seguridad habitual".

"Nos interesa que la gente pueda ir tranquila y hemos tomado todo tipo de resguardo para que así sea", aseveró.

Ante posibles manifestaciones políticas en el espectáculo, Morales insistió en que "la libertad de expresión es única e irremplazable" y su compañero agregó que "es muy importante que las personas que están arriba de un escenario puedan manifestarse", por lo que se ha dado "libertad" a los artistas.

"NO ES UN FESTIVAL RARO"

Además de los estadounidenses Maroon 5 y el español Alborán y los puertorriqueños Ricky Martin, Pedro Capó y Ozuna, en la 61 edición destacan las presentaciones de la mexicana Ana Gabriel, los argentinos Pimpinela y Luciano Pereyra, el brasileño Alexandre Pires y las chilenas Mon Laferte, Francisca Valenzuela y Denise Rosenthal.

A pesar de la crisis, la alcaldesa de Viña del Mar, Virginia Reginato, recalcó que este "no es un festival raro", sino "diferente" porque la situación así lo es.

"Estamos trabajando mucho tiempo para que este sea el festival que todos esperan", recalcó.

Los presentadores de cada espectáculo, o animadores, como habitualmente se los conoce, serán los chilenos María Luisa Godoy y Martín Cárcamo.

"Esta es una experiencia colectiva de mucha gente que está trabajando. Son seis días donde se pone el alma y corazón y es importante conectar con la realidad del publico", advirtió el presentador masculino.

Asimismo, adelantó que la obertura del festival estará conectada con lo que está viviendo el país, y llamó a vivir el evento "desde la empatía, desde la conciencia social y desde la unión".

"La música siempre ha sido la voz de los que muchas veces no han tenido voz", añadió Godoy, que se encuentra embarazada y, entre risas, ha valorado que este año sean tres los animadores.

EL "MONSTRUO" YA SE PREPARA

El festival, organizado por el municipio de Viña del Mar, ubicado en la región chilena de Valparaíso, se celebra cabo año desde 1960 y con el tiempo se ha convertido en el más reconocido en América Latina, al ser emitido por televisión en diversos países.

Cada año, seis canciones de corte internacional y otras seis de corte folclórico, de artistas iberoamericanos, compiten por la "Gaviota de Plata”, que concede un jurado integrado por referentes del mundo de la comunicación y el espectáculo.

Sin embargo, el punto fuerte son las actuaciones de los conocidos artistas nacionales e internacionales, así como humoristas chilenos, que suben al escenario con sus grandes éxitos y para los que el público suele también pedir que se lleven su gaviota.

Esa es una de las funciones del "monstruo”, como se conoce a las alrededor de 15.000 personas que acuden como espectadoras al festival, que ejercen gran poder, a través de sus aplausos, gritos o silbidos, sobre los artistas.