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Breve historia: festivales de música en Santo Domingo
OFERTA. La cartelera de la quinta edición del festival Isle of Light incluye, entre otros artistas, a Bomba Estéreo (a la izquierda); Salt Cathedral, en la imagen de arriba, ambos de Colombia, y sobre estas líneas los rusos Pompeya.
La cultura de festivales musicales es una tradición que inició en República Dominicana en los años 50. Parte de su éxito se basó en proyecciones de películas que sirvieron como modelo a seguir de la juventud de la época.
Si bien el detonante fue el filme “Rebelde sin causa” (Nicholas Ray, 1955), su banda sonora supuso la apertura de un nuevo mundo sonoro con el tema “Rock Around the Clock”, de Bill Haley and His Comets, para los “teenagers” de esos tiempos a escala mundial.
En nuestro país, las salas de cine como el Rialto o el Olimpia, (lugar donde se presentó el mismo Bill Haley en 1960), sirvieron como puntos de reuniones y esparcimiento durante los veranos siguientes, extendiéndose al Auto Cinema Iris o al Roof Garden del Hotel Jaragua de las décadas 50 y 60.
Los años 70 le darían paso a los Festivales Frescapil, organizados por Pepe Durán, y más tarde llegarían los Festivales Twangie, de la mano de Kin Sánchez junto a Julie Carlo y otros colegas.
Ya los 80 y 90 verían crecer la industria con mejores propuestas a nivel de producción e inversión, no solo dentro del género rock, sino para otras vertientes como el jazz con Federico Astwood a la cabeza con “la música de los músicos”.
En la escena actual, desde los años 2000 a la fecha, contamos con diferentes propuestas que han servido para fortalecer un circuito que tiene como objetivo presentar esos nuevos talentos no descubiertos, tal como sucedía en los años 50: pasar el rato, escuchar música y ver qué hay de nuevo en el patio.
Por eso, y a propósito de que esta semana tenemos la nueva edición del festival Isle Of Light, acá te traemos 10 festivales que debes conocer a fondo (ya sean de rock, electrónica, música raíz o metal/punk, música latina y tropical, urbana, pop, y otros géneros).
Aparte del mencionado, que se celebrará este fin de semana en el faro de Punta Torrecilla en Sans Soucí, se pueden contar el Festival Presidente, Fiesta de la música, Electric Paradise, Barbarella, Dominican Republic Jazz Festival, Pineapple Ball, Destrucción Masiva, Pas Quaz y Let’s get indie.
EL PRÓXIMO Bad Bunny, una de las figuras más importantes del trap latino, será la atracción principal del al segundo día del encuentro artístico multidisciplinario “Isle Of Light”, el domingo 15 de abril.
El Faro de Punta Torrecilla, en Sansoucí, es el escenario en el cual este sábado 14 y domingo 15 tendrá lugar este espectáculo musical.
Otros artistas anunciados para esta edición del festival son la agrupación de cumbia, rock y reggae Bomba Estéreo, el cantante, compositor y productor musical Washed Out; el DJ y artista electrónico de vanguardia Matthew Dear; y el dúo de funk, disco, house, hip hop y reggae Soul Clap, los rusos Pompeya, Salt Cathedral y Delsonido, de Colombia; y el trío mexicano Los Master Plus, además de grupos y DJ locales.
NOTICIAS. Hache St. es un Mc dominicano radicado en los Estados Unidos, amante de las buenas rimas, con un hip hop consciente, pesado de contenido. En el 2015 se unió al productor argentino Gas Lab para producir “Júbilo” y este año se une a Andrés Proaño (Andino) para lo que será su nueva producción “Ingeniería Inversa”. Esta vez colabora con la cantante Sol Liebeskind y trae un audiovisual a cargo de Josué Lora.
Lo nuevo de Xiomara Nuevo disco. “Rosa y Azul” es el nuevo álbum de Xiomara Fortuna publicado el 8 de marzo, una fecha clave que hace hincapié en la labor constante que ha encabezado la artista como feminista y activista sin vacaciones. Siendo ese el Día Internacional de la Mujer, evidencia la personalidad completa de las canciones que conforman el material. Batiendo las caderas, los hombros y los pies porque el sonido así lo comanda, cuando empiezas a escuchar la música de la cantautora suele ser la primera respuesta gratamente involuntaria del cuerpo. De repente estás cacareando con gozo las letras que delicadamente te invitan a cantarlas, y el ciclo se completa cuando caes en el acierto de que en medio de esa gozadera acompasada estás vociferando consignas revolucionarias altamente cargadas de verdad.