Hermosa la forma del agua: Oda a la soledad

Guillermo del Toro ha creado en su cine un universo particular en el que las hadas y los monstruos conviven con seres humanos extraordinarios siempre con una sensibilidad bellísima. “La forma del agua”, su más reciente obra, no es la excepción; una película que tiene muy bien merecidos sus 13 postulaciones al premio ”scar.

Desde “Cronos” (1993), su primer largometraje, pasando por “Mimic” (1997), “El espinazo del Diablo” (2001), y sobre todo, “El laberinto del Fauno” (2006) o “Crimson Peak” (2015) encontramos a un autor con un sentido especial para la realización del terror, la ciencia ficción y el fantástico.

De igual manera ha puesto su sello en sus incurciones en el mundo del cómic en sus filmes de “Blade” y “Hell Boy”.

Un autor capaz de realizar una extraña combinación de belleza y violencia visual con la que ha ido dando forma a una estética que se distingue con facilidad. Y en la presente, un bello cuento de hadas (o de hados) que explora la soledad. Es lo que representan los personajes que pueblan este relato y que están maravillosamente interpretados por Sally Hawkins, Michael Shannon, Richard Jenkins, Octavia Spencer y Doug Jones.

Del Toro presenta la historia de Elisa, una joven muda que trabaja como conserje en unas instalaciones del Gobierno norteamericano en la década de los años 60, en plena Guerra Fría. A este complejo llevarán una criatura (cualquier parecido con el monstruo de la laguna negra no es coincidencia), con el fin de descubrir de donde salió.

El montaje va llevando poco a poco el día a día de Elisa, quien con su vecino Giles (Jenkins), un artista visual que ha sido desplazado por su edad, irá avanzando en una historia que muestra la búsqueda de ese otro ser que les acompañe en sus respectivas exitencias.

Esto es lo que también le ocurre al antagonista Richard Strickland (Shannon), quien pese a estar casado y con hijos, vive en envuelto en la obsesión de su trabajo, algo que lo ha convertido en un ser tan incomprendido como la criatura (Jones).

Toda esta historia envuelta en un exquisito diseño de producción, vestuario y musicalización, diseño de vestuario, que hacen de la ambientación algo que se disfruta. A esto se une el hecho de que este filme ha sido rodado con una gran elegancia, lo que ha dado como resultado una gran aventura audiovisual que merece todos los elegios que ha recibido.