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Cine

Filme debut en la Berlinale pone en evidencia una sociedad argentina machista

El cineasta argentino Martín Rodríguez Redondo está interesado en reflejar "ciertos comportamientos machistas" de la sociedad argentina y latinoamericana en general y eso es lo que ha hecho en su ópera prima, "Marilyn", presentada hoy en la Berlinale.

Una historia inspirada en hechos reales que habla del despertar sexual y la opresión por parte de una sociedad machista que repudia cualquier orientación que se aleje de la considerada como "normal", según resalta el realizador en una entrevista con Efe.

Presentada en la sección Panorama, la segunda en importancia del festival, la película sigue a Marcos, un adolescente que vive en una finca en el campo argentino junto a su familia, encargada de cuidar el ganado.

Acorralado por su familia y por el pueblo, que tiene muy claro el reparto de roles en la sociedad, Marcos adopta con sus elecciones una actitud desafiante recibida por el resto con desaprobación.

Un primer largometraje en el que Rodríguez trabaja con personajes que "de alguna forma se salen de la norma, de lo que es normal entre comillas" y con entornos, en este caso el de la familia y el pueblo, que representan "un intento violento por reencauzarlos dentro de esa normalidad".

En su opinión, la película refleja un poco lo que sucede en general con homosexuales y transexuales actualmente.

A pesar de existir una ley de matrimonio igualitario y una ley de identidad de género en Argentina, la violencia, el bullying (acoso) y la discriminación contra personas con una sexualidad diferente son constantes.

En su cinta ha querido trabajar la cuestión de los roles y la de cuál tiene asignado cada uno de los personajes: el padre y el hermano se encargan de las tareas más duras del campo, y Marcos está del lado y también "en función" de la madre, dedicado a las tareas más domésticas.

La película refleja así también una "gran contradicción": todo parece estar bien mientras queda "de puertas adentro", pero "cuando se hace público, ya no está bien visto".

Es entones cuando aflora este aspecto más represivo, "que parece que tiene que ver con una hipocresía que es muy habitual en este tipo de sociedades y de personajes", precisa.

El realizador afirma haber observado mucho en madres de adolescentes homosexuales o transexuales el hecho de compartir "un mundo muy femenino con sus hijos", pero de expresar su rechazo cuando supone poner en evidencia que eso "implica una elección sexual" diferente.

En su película, Rodriguez rompe, además, con ciertos estereotipos de lo que se cree que sucede en la sociedad machista, señala.

Así, en "Marilyn" el espectador encuentra a un padre "quizás más flexible en estas cuestiones o que acepta más a su hijo" y a una madre que "es mucho mas dura y que es la que sostiene esta estructura machista o patriarcal", forzada también a ocupar ese rol por presiones sociales, señala.

A ello se suma que el rural es un ambiente más "claustrofóbico" en cuanto a que "todo es más evidente" y es más difícil ocultar o pasar desapercibido con una orientación sexual diferente.

Marcos, por su parte, y a pesar de estar expuesta a una situación de discriminación y hostigamiento, sigue adelante con su sexualidad y sus elecciones en una constante actitud de desafío, apunta.

En ese sentido, señala, Marcos no es un personaje "pasivo", aunque sí lo sea en cuenta a la "recepción de violencia", porque "sigue accionando" hasta reafirmarse, "de una forma violenta" en cuanto que "chocante" y que tiene que ver con ese entorno violento que está viviendo constantemente.

Mientras que para el papel de Marcos el director optó por una cara desconocida, la figura de la madre está interpretada por la chilena Catalina Saavedra ("La nana"), una actriz "impresionante" por su presencia y "con una potencia y una fuerza" que el realizador afirma no haber visto antes.

"No importaba en realidad lo que dijera" y eso es lo que le interesaba trabajar a Rodríguez en la película: "la tensión en cuanto a las miradas y en cuanto a lo que no se decía".

El realizador espera que su película, nominada en la Berlinale a mejor ópera prima y a los premios Teddy -galardón que distingue el cine de contenido homosexual o con especial sensibilidad hacia la comunidad LGTB-, contribuya al menos a "instalar un debate" sobre un tema que actualmente "se cree que ya está superado".

"No alcanza una ley, tiene que haber un cambio de mentalidad y de educación desde niños", concluye.

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