Patricia: sensibilidad y dominicanidad

“Patricia, el regreso del Sueño” es un filme lleno de belleza y vitalidad. Marc Gagnon, crítico canadiense, tras ver la película dominicana dentro de la Selección Oficial del 41 Festival Int. de Cine de Montreal así opina.

Belleza y vitalidad. De estos dos méritos, la belleza me remite a un texto de Bosch: “El artista, con su arte, crea belleza, la belleza produce bien del alma, el bien del alma conduce a la bondad y la bondad, señores, es lo que debe perseguir el hombre sobre la tierra.”

Personas que vieron “Patricia” dan cuenta del regocijo que les produjo el disfrute de la belleza de su país, presente en esta película. Si a la mayoría de espectadores le produce “bien del alma” y orgullo patrio, entonces una buena parte de los propósitos de este filme están logrados.

Sergio Martínez, crítico de cine chileno, se refirió a Patricia: “Está muy bien lograda la película, con alegría y al mismo tiempo con emoción”.

Alegría y emoción. Reconocidas estas dos cualidades, queda implícito que la película tiene buen guión. Porque para provocar estas dos emociones se debe tener una buena estructura dramática y actores profesionales que interpreten con credibilidad sus personajes. Y todo eso lo tiene “Patricia”.

Mi amigo Manuel me hace estas reflexiones: “Esta película tiene varios niveles de lectura e interpretación. En un primer nivel está la historia de amor que sostienen los personajes principales. Una historia sencilla que puede ser apreciada por cualquier tipo de público. En segundo nivel está el contexto audiovisual dentro del cual transcurre la historia. Tan y quizás más importante que la historia central, ya que está lleno de imágenes polisemánticas alusivas a la dominicanidad, con todo lo que ello implica.”

Manuel, quien tiene un doctorado en Literatura Latinoamericana, por la Universidad de París/8, agregó:

“Un tercer nivel, son los diálogos. Tras una aparente sencillez, dentro de ellos discurren, casi imperceptiblemente, textos, máximas y reflexiones de grandes escritores y conocidos pensadores. Aunque en la parte final de la película aparezcan una o dos escenas con diálogos que nos recuerden el melodrama televisivo, eso no ensombrece la calidad de los diálogos que anteceden a estos.”

Sus comentarios me animaron a escribir estas notas sobre las emociones que produce esta película, el placer visual que genera y las claves imperceptibles que, al parecer, utilizaron para provocar estos sentimientos.

La historia que escuchamos a través de los personajes, digerible en un primer nivel de apreciación, no es más que un pretexto para colocar la imagen en movimiento como protagonista. Imágenes portadoras y provocadoras de emociones. Todas con una carga de significados diversos en torno a la dominicanidad y las expresiones sensibles de ésta.

En “Patricia” la imagen juega un papel estelar, no decorativo, sino significativo, protagonizando varios de los mejores momentos de esta película.

Manuel notó en los diálogos la presencia de notables escritores y grandes pensadores, pero no recordó nombres a pesar del esfuerzo que hizo.

En esta película fluyen casi imperceptibles, textos de Séneca, Octavio Paz, Jorge Luis Borges, Miguel de Cervantes y Julio César, entre otros. Todos con reflexiones que fortalecen la credibilidad de la historia que cuenta.

La calidad de “Patricia” está certificada por el jurado de expertos en cinematografía, que la escogieron entre cientos de filmes de todas partes del mundo, para integrar la Selección Oficial del la 41 edición del Festival Internacional de Cine de Montreal. Único festival clase “A” de Norteamérica.

Esto quedó ratificado por los jurados de los Festivales de Cine Latinoamericano de Trieste e Internacional de Cine de Milán, ambos en Italia, quienes también la incluyeron en su selección oficial.

Definitivamente “Patricia, el regreso del sueño” es de lo mejor que se ha hecho hasta ahora en el cine dominicano. El tiempo, ese gran maestro de todas las cosas, lo confirmará.