Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

El Cibao muestra su lado patriótico

Color, diversidad y patriotismo. Si una palabra resonó y generó aplausos con emoción fue “Mujer”. Cada vez que el maestro de ceremonia, Osvaldo Cepeda y Cepeda, con su voz característica, resaltaba la presencia femenina a lo largo del desfile; los gritos y movimientos parecían estremecer, especialmente a las madres, que con sus brazos resguardadores, cubrían a sus pequeñas criaturas, quienes apenas se dejaban ver sobre sus pechos.

Todos estaban allí por el acto cívico- militar que cada año reúne a miles de personas de diversas edades, todos los géneros y condiciones físicas variadas en la Ciudad Corazón: conmemoración de la Batalla del 30 de Marzo.

Para las 3:30 de la tarde, las avenidas Hermanas Mirabal, Las Carreras y Presidente Antonio Guzmán albergaban miles de personas, en su mayoría del primer Santiago de América.

El sonido “Probando; 1, 2, 3” en el micrófono advertía el cercano inicio del tan esperado desfile militar, policial y estudiantil.

Balcones, escaleras, techos, y hasta las columnas de metal de donde bajan personas constantemente sirvieron de soporte para aquellos que a la distancia deseaban observar.

De entre todos, banderas en mano y hasta pancartas, algunas con reclamos, resaltaban, dando muestra de identidad.

Con el sol que iluminaba los toques en los hombros, como muestra de saludo, comenzó el paso coordinado de los militares y civiles que por una hora y media decoraron, con su andar y vestimentas específicas, el espacio-alfombra; esto luego de la solicitud de permiso al presidente Danilo Medina.

Cepeda continuaba resaltando: Mujer; pues rostros de damas desfilaban pintados, y - daba gusto verlo- decían algunos jóvenes estudiantes.

La lluvia, muy por el contrario de arruinar el encuentro, sacó sonrisas y definió aún más los pasos sincronizados, en eso de las 5:50 de la tarde, cuando algunos corrían a cubrir sus cuerpos de la leve llovizna.

Minutos después, en el cielo había coreografía de aviones y helicópteros; no faltaron los cañonazos, que conmocionaron al tiempo que impactaron.

El olor a pavimento húmedo se agudizó, al mismo tiempo que lo hizo la lluvia, como si fuera parte del acto.

Los balcones de los edificios cercanos aún conservaban sus espectadores, aunque no tanto así las avenidas, alrededor de las 6:10, cuando se alcanzaban a ver, agrupados y vestidos de mamey, los encargados de embellecer la ciudad; como si estuvieran a la espera.

La parte estudiantil fue la última en desfilar. Entre ellos, la numerosa cantidad de féminas daba más motivos para que la voz que se escuchaba por toda el área siguiera enalteciendo a la mujer; para lo que abordar la figura de Juana Trinidad (Juana Saltitopa), significó refuerzo.

Acrobacias y destrezas también protagonizaron algunas de las participaciones en el desfile, donde muchos ciudadanos vieron equipos y preparación de los que desconocían la República consta por si en algún monento fuera necesario utilizar.

Las 6:28 fue la hora del cierre oficial del desfile, pero no del arte, pues el cielo se adornó con destellos de fuegos artificiales, en múltiples colores y formas, sacando sonrisas y haciendo caminar de espaldas a quienes ya se retiraban, para así divertir sus vistas con el espectáculo que se formó.

Tags relacionados