Presencia de mujeres en Hospedaje Yaque
Tener el privilegio de hablar con mujeres que lucen el cabello teñido de experiencia nos da una noción de que los valores hay que rescatarlos de donde quiera que estén.
Damas que han creado historias a base de la perseverancia, dedicando años de sus vidas, de sol a sol, a ofrecer sus productos a familias circundantes.
Altagracia Rosa, es una de ellas; lleva 65 años dedicada al comercio de frutas y vegetales. “El Hospedaje era todo monte cuando vine a poner mi rinconcito aquí”, nos cuenta Altagracia. Desde ese entonces ha creado el hábito de madrugar para lograr trasladarse hasta su punto de venta, del cual paga 40 pesos al cabildo.
La habilidad para alcanzar el buen funcionamiento de la economía personal y una sociedad que exige pensar más allá del crecimiento monetario, en quién se beneficia de este crecimiento, y cómo, hace que muchos jóvenes se integren a este tipo de intercambio comercial.
“Hay trabajos que por el sacrificio que demandan son para hombres”. Cerrar esta brecha de género incorporando a las mujeres más plenamente al entorno económico, sea cual sea, es algo que debería motivarnos a todos. Nos cuenta José Alfredo Veras, esposo de Marisol Alcántara Contreras, quien lleva 18 años vendiendo vegetales, ofreciendo servicio a domicilio a restaurantes y hogares circundantes. “Para las mujeres no hay límites, todo lo que se proponen lo pueden lograr. Así que hay que transformar mentalidades.
Cualquier trabajo es digno, lo importante es generar los ingresos suficientes para el sustento familiar, sirviendo a los demás desde donde nos toque”, indicó Veras.
El crecimiento del Mercado Yaque es notorio. Sin embargo, al decir de algunos vendedores, están tranquilos, cada uno ofertando sus mercancías desde sus puestos y pagando el arbitrio que les corresponde. En consecuencia, al Hospedaje Yaque de hoy se puede ir a obtener sus mercancías con mayor confianza y con más orden que en meses anteriores.
