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Personaje

Ramona Viloria, embajadora del carnaval

Su trabajo en el carnaval de Cotuí busca que la cultura prevalezca en todos los corazones de los cotuisanos.

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Marlenis ColladoSánchez Ramírez, Cotuí

Escuchar a la cotuisana Ramona Mercedes Viloria de Ortega hablar de carnaval, hace que la pasión y el gusto por la cultura se fortalezcan en cada persona. Con su tono de voz dulce muestra amor por sus raíces y por el trabajo constante que realiza para afianzar el conocimiento en la gente de su pueblo.

Desde temprana edad, Viloria, una de las precursoras del carnaval de Cotuí, se interesó por la festividad, pero es en 1970 cuando participa por primera vez en una fiesta de esa índole en el casino Juan Sánchez Ramírez. En 1980 la directiva de ese centro la elige para ser parte en el cuadro de honor la institución, lugar donde solo eran colocados los miembros y las hijas de los socios. Sin embargo, por su comportamiento, al igual que varias jóvenes de su generación, fue tomada en cuenta para conseguir ese puesto en tan selecto grupo de munícipes de la época.

Acciones emprendidas En cincuenta años de su participación en el carnaval de su pueblo son muchas las acciones que ha realizado. En 1983 participó en el desfile nacional del carnaval en Santo Domingo en una comparsa de los papeluses, bailando palo bajo la dirección de Francisco Rincón.

“El carnaval, como todo elemento cultural, evoluciona y el nuestro lo hacía en forma lenta, pero espontanea. De forzar estos cambios degeneraría en transculturación. Qué difícil ha resultado educar y orientar para mantener nuestra identidad”, asegura Ramona.

El enfoque de la dama del carnaval de Cotuí es dar a conocer la identidad carnavalesca y que se mantenga siempre creativa haciendo uso de todos los elementos que puedan ser incorporados al momento de crear un disfraz para aumentar la creatividad con el menor costo. “Nunca hemos recibido remuneración ni la queremos”, afirma con franqueza Viloria.

Un legado Durante medio siglo, Viloria enseña a los demás sobre el carnaval y cómo crear dando uso a la materia prima en que se basan los disfraces de su pueblo, las hojas de plátanos. Con el tiempo el recurso se expande al uso del papel en todas sus formas (colores, brillos, plásticos) y por último que la nueva generación haga uso de todo tipo de hojas de árboles, vaquetas, tuzas, tapas, etc. “La tarea es incorporar todo lo que se pueda y hacer algo interesante”, sostiene la cotuisana.

Pasos en el extranjero En 1995 Ramona Viloria visitó la ciudad de Santiago de Cuba para participar del festival Fuego-Fuego como conferencista del taller “Cómo hacer disfraces de hojas de plátanos (Platanuses) y en papel periódico (papelú)”. Esos trabajos fueron donados a la Casa del Caribe de Cuba. Para el 2007, participó en la ciudad de New York en el desfile del condado del Bronx. Así comenzó a recopilar disfraces personales y de diferentes grupos carnaval de Cotuí.

La mujer, que apuesta a la cultura, tiene el deseo de contar con un espacio donde se puedan mostrar los disfraces y caretas de los diferentes grupos y se den talleres para los estudiantes y quienes visiten la provincia Sánchez Ramírez.

Confección. Viloria apuesta a la creatividad con reciclaje dentro del carnaval.

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