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Concurso

Navidad que se vive y se siente

Cuando se trata de ingenio y unión, los barrios de Santiago tienen su especialidad. En diciembre, recorrer las calles vestidas de fiesta y adornadas de calor humano es una realidad, gracias a la iniciativa del Centro León y Cerveza Presidente, con su concurso “Decora tu Barrio”.

Novatos con ingenio Al llegar a la primera parada de las comunidades ganadoras, la alegría compartida era lo que se vivía. El punto de partida fue la Calle P1, La Unión, Mella I de Santiago, comunidad galardonada con el Premio Especial Novato. Allí, cuando eran las 7:35 de la noche predominaba la gentileza y la gratitud, pues en la entrada y en la salida el saludo y las gracias no faltaron.

La botellas plásticas eran el eje central de la decoración y la bachata, la música por excelencia. Los visitantes aprovechaban cada rincón para hacer una estampa del recuerdo, mientras se encendía un fogón para preparar el jengibre. El humo subía y alguien gritaba: “apaguen el fuego”.

Arte que enamora Seguida la ruta, ya eran la 8:15 de la noche. El destino nos condujo a la calle San Pedro, del Ensanche Dolores. En ese lugar era distintivo el uso de los neumáticos, que brillaban por su delicadeza y terminación en cada pieza. Los detalles eran los protagonistas de la noche, cada cosa en su lugar. La música a tono con la época, pero a una altura moderada ponía a bailar a los residentes de la comunidad. Y qué decir de cada componente de la decoración, había desde cerdo asado, Reyes Magos, Santa montado en su vehículo y un nacimiento hecho netamente de reciclaje.

Una calle con sabor La calle 9 del sector Los Ciruelitos obtuvo el segundo lugar. Al llegar, había una taquillera que daba paso a la travesía de la Navidad. La decoración tuvo como centro un tren que atravesaba la calle. Los viajantes figuraban en la puesta, pues una esquina era dedicada a ellos con todo y sus maletas.

“Volvió Juanita y dijo que no volvía” eran las melodías que ambientaban el lugar y en un letrero del cerdito decía: “me voy pa’ que no me coman”. Al final del espacio, se presenciaba una cocina de campo lista para hacer el sancocho. La tendencia de los cuadros para las fotos también estaba presente en los recursos implementados. Era todo un derroche de creatividad, unión y colectividad lo que se vivía en Los Ciruelitos.

VARIEDAD Y CALOR Finalizando la jornada, alrededor de las 9:30 de la noche. En la entrada, los infantes Joan y Jorki tenían tamboras en mano y guiaban a los visitantes. A coro se oía “alegre vengo de la montaña de mi cabaña y alegres...”.

El picantico del té de jengibre fue servido al incio. En las paredes, la magia de la fiesta estaba presente y el colorido era notorio. Las tradiciones del juego de dominó, el limpiabotas y el vendedor de cerdo asado eran reflejos de su inspiración.

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