El fitness corporativo

El “boom” de los gimnasios, las dietas sanas y los deseos de estar en forma se vuelven más populares en verano. Esta época del año es ideal para desempolvar la idea de hacer ejercicios y empezar a llevar una vida un poco más saludable, además de que los viajes y salidas a la playa se hacen más frecuentes.

Esas ganas de pertenecer al mundo del ejercicio, ha hecho que cada vez más empresas se sientan comprometidas con sus empleados y empleadas y quieran contribuir a mejorar su salud. Según Daniel Forten y Claudia Fernández, médicos deportólogo y nutricionista de España, respectivamente, la inactividad física y los malos hábitos alimentarios tienen consecuencias económicas directas en las empresas; en un principio fueron considerados costes directos del sistema de salud e indirectos al sistema productivo, hoy pueden catalogarse como costes directos de empresa. De esa problemática surge el término “fitness corporativo”, que son los programas que hacen las diferentes empresas con los gimnasios en beneficio de los empleados de dicha compañía.

Una mirada técnica Existen variados estudios que han demostrado que un programa fitness dentro de las empresas mejora el humor, el estado psicológico y físico de los empleados, lo que se traduce a un empleado con mayor satisfacción laboral y menos días de ausentismo.

Una iniciativa canadiense del Montreal Amateur Athletic Association (MAA) cuenta con 2,800 miembros, pertenecientes a 109 compañías que han acordado un programa de “Corporate Fitness” para un total de 14,000 empleados que a su vez desarrollan sus contactos personales y profesionales mientras se ejercitan. Algunas de estas empresas reembolsan a los empleados de un 50 al 100 por ciento, dependiendo de su nivel de compromiso con el programa, y normalmente se ofrece a todo el personal, aunque algunas compañías prefieren solo ofrecerlo a determinados colectivos por su nivel o por su trabajo físico.

Por una causa El propósito principal de las empresas que se identifican con este tipo de programas es disminuir el sedentarismo, ya que eso puede tener consecuencias en sus empleados, como: enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, aumentar los niveles de colesterol, presión alta y hasta sufrir un infarto.

El ejercicio no solo ayuda en el aspecto físico, sino también en el plano psíquico, y debido al agotamiento y la concentración en el esfuerzo a realizar, se encuentran beneficios tales como la eliminación de estrés y tensión, o la disminución del grado de agresividad, ira,†ansiedad, angustia y depresión (gracias al incremento en la secreción de diferentes hormonas que contribuyen a la mejoría de las funciones del organismo).

OTRO ÁMBITO En el factor social, los gimnasios son el marco perfecto para conocer gente, entablar conversaciones e interrelacionar con otras personas mejorando así nuestro componente humano. Es clave construir en las empresas una cultura de salud laboral, para combatir el sedentarismo, inclusive en el mismo puesto de trabajo.