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CUIDADO EN LA INFANCIA

Las casas cuna como auxilio familiar

Ser guía durante el desarrollo de un infante es una labor a la que hay que imprimirle corazón y alma.

La primera infancia, que va desde el nacimiento hasta los ocho años, es considerada por la Organización de las Naciones Unidas como la etapa en la que se instituye la base del aprendizaje posterior. Es en ese proceso de cuidado en que las estancias infantiles y casas cunas intervienen.

Estos espacios son considerados un aliado principal de las familias porque permite que tanto el padre como la madre puedan ser personas laboralmente activas; generando mayor beneficio a las damas que hasta hace unos años vivían consagradas al quehacer del hogar y al cuidado de los hijos e hijas.

La directora del colegio bilingu¨e Chikitos: Casa Cuna, Gleivy Tavárez, explica que las casas cunas son instituciones necesarias, que reúnen ciertas características fundamentales como seguir paso a paso cada proceso que el infante desarro lla, ofrecer un entorno totalmente familiar y de respeto y crear un vínculo estrecho entre el padre, la madre y las cuidadoras de los niños y niñas.

IMPORTANCIA La psicóloga escolar, Ana Rosa Féliz Pérez, considera de importancia la existencia de estas áreas dedicadas al cuidado de los infantes porque están en la disposición de educarlos y ayudarlos a formar sus primeras expresiones y criterios ante el mundo que les rodea, además de los beneficios económicos y sociales que genera en las familias y hogares dominicanos.

El día a día Cada mañana es una oportunidad para emprender nuevas estrategias con los infantes.

ALEGRÍA QUE CONTAGIA En los centros se disfruta de la inocencia y la felicidad que transmiten los niños y niñas.

ENERGÍA POSITIVA Al llegar se siente un ambiente repleto de optimismo; en cada espacio se vive una experiencia inolvidable.

Un gran aliado de muchas familias A partir de los primeros meses los infantes son recibidos en los centros de cuidado. En la actualidad, los padres de familia recurren con mucha frecuencia a las casas cuna para salir a trabajar y así sustentar las necesidades económicas del hogar.

Cuando los niños y niñas llegan a los centros de cuidado se comienza a crear un vínculo estrecho entre los padres y las madres. La encargada del área de la casa cuna en el colegio Chikitos, Ingrid Tavárez, considera fundamental que los padres tengan confianza plena en las personas que cuidan de sus hijos e hijas. “Hay que generar un ambiente de complicidad en el sentido de coincidir en los valores que se les impregnen en el centro y en la casa”, precisa.

La psicóloga escolar Féliz Pérez comenta que las instituciones que trabajan con este público infantil deben velar por el desarrollo psicosocial y emocional de los niños y niñas, prestando atención a su crecimiento; confirmar si pueden ver bien, si tocan, si reciben afecto y si reaccionan a estos.

Según Ingrid Tavárez los primeros días son difíciles para los padres, las lágrimas corren por sus rostros. De nada sirve la cotidiana frase de que “los hombre no deben llorar”. Salir de esa pequeña habitación sin sus hijos e hijas es un momento de mucha nostalgia, como es común. Para las madres se hace más fuerte la separación en el caso de los bebés; mientras más grandes son los infantes, más complicada se hace su adaptación.

Mirada de los padres Sarah Elis Ruiz Lajara se levanta temprano y junto a su esposo emprenden su rutina de trabajo. Narra que esto es posible porque tiene la facilidad de llevar a su primogénita Naomi Cepeda a la casa cuna. “Es un lugar que nos da tranquilidad al ofrecer las atenciones que necesita mi hija al momento en que ambos estamos fuera de la casa”, señala.

Aneudy Collado es padre de tres infantes y al igual que Sarah precisa que, tener un personal que les brinde los cuidados a sus tres hijos, dos hembras y un varón, mientras él y su esposa trabajan es una experiencia excelente.

Para Emelany Rodríguez de Jesús este tipo de servicio representa un alivio y una gran ayuda como madre, mujer y esposa. Comenta que le resulta fabuloso encontrar un lugar confiable y económicamente accesible para dejar a su niña Emely Collado y a su hijo Richard Collado mientras ambos realizan sus labores del día a día.

Un día con los bebés Con los “pequeños gigantes” no existe una rutina específica durante el día; dependiendo como es su desarrollo, las cuidadoras actúan y crean los ejercicios de acuerdo a las necesidades particulares. Ingrid Tavárez dice que en cuanto a la alimentación manejan horarios específicos y que los padres traen las provisiones.

Cada niño y niña tiene su propia porción de agua y una cajita donde se ponen sus alimentos. Desde la mañana comienzan a llegar los padres para dejar a sus vástagos. En ese momento se ponen en los corrales, se les prepara el desayuno o la leche y se les brinda mucho amor.

Infante. Es importante que las familias se involucren en sus cuidados.

Actividades con frutas para enseñar los colores.

Masajes de posición decúbito prono.

Actividades. La psicóloga precisa que a través de la música, el arte, las figuras y los colores se trabajan terapias para desarrollar los sentidos y ayuda a que los infantes vayan encajándose en su rol social.

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