FIEBRE DE GOLF EN LISTÍN
Se nos fue Douglas
Hola Fiebruses. Pocas personas me han impactado más que Douglas Bournigal. Lo conocí en Dientes de Perro en un torneo de la Cámara Americana. Nos tocó jugar juntos y como saben, en cuatro o cinco horas es mucho lo que se habla, se conversa, y además es tiempo suficiente para observar la gente. Mucho se ha dicho de que si quieres hacer negocios con alguien que sabes juega golf, debes llevarlo al campo a jugar una ronda, y lo conocerás al instante.
Con Douglas fue así: Coincidimos en ese evento y en 15 minutos me había dicho tantas verdades sobre reglas y cosas inherentes al deporte (con una veracidad y autoridad que te hacían querer ser como él), que quedé prendado de su forma de ser. Y es que Douglas era un tipo de admirar.
Luego descubrí (fuera del golf) que le gustaban los motores y hablamos mucho acerca de marcas, calidad, cilindraje, de su moto, y de otras cosas.
Un buen día me llamo para decirme que quería vender “su niña”, una Honda Valkerye V6 de 1,500 CC, y que solo me la vendería a mí, porque sabía que la iba a tratar bien y la iba a cuidar. Yo, sabiendo como era Douglas con sus cosas, hice viaje de una vez a su casa natal en Puerto Plata, y de allá para acá traje la moto. El otro tema que debatíamos era el golf. El Doc (como le decía de cariño), leía esta pagina todas las semanas, y a veces me enorgullecía con su llamada para rebatirme, debatirme o celebrar este contenido. Y eso siempre se lo agradeceré.
Hace un tiempo, junto a Rafael Zapata, Francisco Melo, Bambo Ricart, Rafael Canario y Fernando de la Cruz, fundó la Liga Los Rafa, la cual acciona cada miércoles en el Santo Domingo Country Club. Me había solicitado para que fuera a ver la liga y fuera testigo de cómo llevaban los scores y controlaban los hándicaps, cosa que le encantaba hacer y que tenía bajo su mando.
El tiempo pasó y nunca pude complacer a este gran ser humano que con su partida hoy nos deja un gran vacío.
Pero tranquilo Douglas, que tu legado seguirá, y voy a honrar el compromiso que hice contigo de hacer un reportaje a Los Rafa.
Personalmente me encantaba hablar con Douglas pues los temas no terminaban.
Era un erudito disfrazado de cardiólogo que hipnotizaba cuando hablaba, y una esponja dispuesta a exprimirse con el fin de que aprendieras de su sabiduría. Amante de la libertad, su pasión real era volar, y así la vida se le apagó. Puedes estar seguro, querido Douglas, que siempre, siempre, siempre, te llevaremos en nuestros corazones. ¡Ve en paz, querido amigo!