“Asombroso”

El manejo de la vida hace que vayamos aprendiendo cada día que va y que no va. Como humanos vamos definiéndonos y definiendo lo verdadero y lo pasajero. Es rico ir por la vida aprendiendo, desechando, reteniendo y comprendiendo el trayecto.

A veces para los atletas esto es difícil de asimilar porque su trabajo amerita tanto enfoque y concentración que les roba gran parte de la atención. La mente del atleta demanda unos niveles de rendimiento que cualquier detalle de estrés o presión por más pequeño que sea afecta su producción. Es por esto que muchos prefieren apartarse y alejarse y ponerse cabestros en los lados para mantener su rendimiento intacto.

DOPAMINA: La dopamina es la sustancia en el cerebro que produce la sensación de placer. De ahí es que sentimos el gozo y la satisfacción de un sorbo de una tasa de café, un abrazo a un hijo, un masaje en un spa, o el disfrute de una cena conyugal. La capacidad de asombro que sentimos cuando algo nos provoca alegria, risas y emociones es parte del equilibrio requerido para que la vida tome sentido. Si esa capacidad de asombro se pierde, se frisa, se estaciona o se traumatiza, el atleta puede convertirse en un robot de amargura y rutina perdiendo así una gran parte del propósito de la vida.

La capacidad de asombro en un ser humano ayuda a mantener la dopamina activa. Un atleta que pierda el sentido de disfrute de cosas pequeñas, de gozar su poco, de distribuir su energía en diferentes ‘cubos’ no solo en un terreno o una cancha no sentirá asombro de nada. Si el deportista se enfoca solo en competir sin tener un lugar donde ser esposo, padre, hijo, amigo irá transcurriendo su caminar sin asombrarse de los detalles que la vida le puede dar. La capacidad de asombro es una de las herramientas que se nos obsequia para recargar energías y seguir hacia arriba.

Hay espacios en nuestras vidas que fueron hechos para ser llenos con valores intangibles. La familia, la esposa/o, los hijos, los amigos, la naturaleza, la buena música, el hogar, tu propia identidad, todos esos valores no son cuantificados en materia. Esos espacios fueron estructurados para esas cosas en específico, y cuando se intentan reemplazar con elementos tangibles, el asombro se vuelve sobrio, decepcionante e insípido.

ESPACIOS: El atleta que solo se llenan con las luces, cámaras y acción de su propio trabajo terminará sólo y frustrado. El atleta que solo se llena con lo que el dinero adquiere terminará con un nivel de dopamina que apenas le dará para dormir, comer y defecar. Debemos vivir con la expectativa de que el Creador nos diseñó con un propósito en mente. Nuestra capacidad de asombro de saber cuál será nos ayudará a buscar, hallar y tocar para que se materialice ese propósito que no sabemos palpar, pero si sentimos que está.

“Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.”

Eclesiastés 3:11. Dios Padre nos quiere asombrar pero nosotros tenemos que acceder a la capacidad de dejarnos asombrar por El, obedeciéndole y no resistiéndole.

Hasta la próxima.