La crema del bateo

Un total de 64 jugadores dominicanos de todos los días, de origen o nacimiento, han realizado un mínimo de tres mil apariciones al plato en Grandes Ligas. De ellos 17 vieron actividad en la pasada campaña, un 27%.

Sus resultados ofensivos varían según sus habilidades físicas. Cinco tienen un OPS por encima de novecientos puntos y todos son de la generación del siglo XXI. Encabeza Manny Ramírez con .996 y le sigue el activo Albert Pujols con .947, completando con Vladimir Guerrero y David Ortiz ambos con .932 y Alex Rodríguez .930. Tomando en cuenta que 67 bateadores en la historia de la actividad han agotado la señalada cantidad de apariciones al plato alcanzando un promedio de esa naturaleza, la suma de dominicanos en significativa, y si tomamos en cuenta que el resto de Hispanoamérica aporta otros cuatro: los puertorriqueños Edgar Martínez (.933), Carlos Delgado (.929) y Juan González (.904) y el venezolano Miguel Cabrera que hasta la pasada campaña registra .948, la participación criolla en ese renglón amplía su trascendencia. Ni mexicanos, cubanos o colombianos han logrado ese nivel de producción.

Reconociendo el OPS, la suma del resultado del slugging y el porcentaje de embasarse, como la estadística idónea para medir la calidad de un bateador, se concluye que los cinco mencionados son la élite de la ofensiva entre los bateadores dominicanos.

BAJO PRESI”N

Dándole un giro a estas mediciones, al examinar la calidad de los bateadores en momentos de presión esta lista recibe modificaciones. En los que se conoce como “Al Final Cerrado”, cuando el bateador ocupa su turno del séptimo episodio en adelante, su equipo arriba por una carrera, empatado el marcador o la carrera para igualar en el círculo de espera, el tradicional promedio de bateo asume una importancia más relevante dada la situación. En ese contexto cuatro criollos han logrado un porcentaje por encima de los trescientos puntos. Encabeza Vladimir Guerrero con .318 en 1,193 turnos y le sigue Ricardo Carty, un miembro de la generación que abrió el surco de la presencia quisqueyana en las Ligas Mayores, quien conectó para .310 en 938 veces que bateó en la señalada situación. Cercano quedó el campo corto Tony Fernández, reconocido comúnmente por sus habilidades defensivas, al disparar para promedio de .309 en condiciones de presión demostró que su ofensiva estuvo a la par con su defensa. La disposición de Fernández en ese aspecto se dimensiona cuando se agrega que con corredores en posición de anotar ese porcentaje fue de .319, detrás solo de Manny Ramírez que lo hizo para .327, y encontrando compañeros en igual condición, pero con dos outs, alcanzó .299. Finalmente está Pujols, que clausuró el año pasado con .301, sufriendo un deterioro de cuatro puntos al lograr .245 en 94 turnos bajo presión durante la campaña. Son escasas las probabilidades que pueda mantener un promedio de tal nivel en ese especializado contexto cuando termine su carrera.

Surge un sorpresivo caso al analizar la producción jonronera en ese escenario. El valor del batazo de cuatro esquinas se acrecienta hiperbólicamente cuando se logra “Al Final Cerrado”, y el dominicano con el mejor promedio histórico en ese aspecto es Carlos Peña. El retirado inicialista disparó 49 cuadrangulares en 770 turnos, un porcentaje de 6.4 jonrón por cada cien visitas oficiales al plato, por encima del 6.1 que Alex Rodríguez consiguió con sus 88 jonrones, total máximo en volumen, en 1,438 veces al bate.

Otros cinco promedian por encima del 5.5%. Albert Pujols (5.9), José Bautista (5.8), Samuel Sosa promedió 5.7, y finalmente Nelson Cruz y David Ortiz enseñan 5.6%.

PICADERA

Ö.Entre los bateadores dominicanos que debutaron en Grandes Ligas antes de 1991, los mejores OPS corresponden a: Moisés Alou (.885), Samuel Sosa (.878), Pedro Guerrero (.850) y Ricardo Carty (.833)Ö. El único bateador dominicano que ha logrado promedio de .300/.400/.500 en average, porcentaje de embasarse y slugging en su carrera ha sido Manny Ramírez (.312/.411/.585)....