Corrido de bases

La velocidad es una de las cinco habilidades que se le exigen a un atleta que juega béisbol. Fundamentalmente la ofensiva es la que obtiene más ventaja de ella, pero dependiendo de la posición que se resguarde en el terreno, la defensa también puede beneficiarse, sobre todo si es en los jardines que se desempeña el jugador. Concentrando el análisis en el uso de esta habilidad para la parte ofensiva, el año pasado emergió en las grandes ligas el jardinero Byron Buxton como el que brindó mayor contribución a su equipo aportando un beneficio de 55 bases extras con su velocidad.

Según el método de Baseball Info Solutions (BIS) para llegar a esas conclusiones cifra se toma en cuenta las ocasiones en que el corredor alcanza una base de más cuando se conectan hits sencillos o dobles, las veces que se batea o no para doble matanza si existe esa posibilidad y las ocasiones en que se logra el robo de base, restando cuando es atrapado en el intento. El procedimiento también aplica el avance aprovechando passed balls, lanzamientos salvajes e interferencias, debitando las veces que son eliminados intentando aprovechar esas ocurrencias, tratando de avanzar con batazos de hit o cuando son sorprendidos por un mal corrido. El balance del recuento de estas situaciones ofrece una ganancia o una pérdida de bases alcanzadas que son producto del comportamiento del pelotero cuando está corriendo en las almohadillas.

Por eso no sorprende que Buxton haya sido el mejor en ese sentido. Agregó 28 bases con sus estafas, se robó 29 en 30 intentos, tomando una extra con los batazos de hit de sus compañeros en 71% de las veces, además de que de 86 oportunidades en que pudo batear

para una doble matanza, esta solo se concretó en una. Esa contribución del jardinero central de los Mellizos se dimensiona al considerar su bajo porcentaje de embasarse, .314, y de que batea en la parte baja de la alineación.

Cosas estas que no ocurren con los dos que le siguieron en beneficios para sus equipos gracias a la velocidad generada, Mookie Betts que logró una ganancia neta de bases de 54, para los Medias Rojas, una menos que Buxton, y Dee Gordon de 51 para los Marlins. Este, consiguió esa cantidad sobre todo por su capacidad de robar bases que le aportaron 44 obtenidas con esa pericia, quedando en ese particular departamento solo detrás de Billy Hamilton (46).

Sobre Hamilton es de justicia hacerle un reconocimiento. En 2015 y 2016 encabezó las ligas mayores con 67 y 68 bases obtenidas, descendiendo esa contribución el año pasado un 35%, debido a la lesión en una rodilla que lo afectó mermándole facultades para su desplazamiento en las almohadillas.

DOMINICANOS Entre la representación dominicana del año pasado nadie impactó con su velocidad. A pesar de los años y los achaques José Reyes fue el que consiguió una mayor contribución, tuvo saldo positivo de 22. Jugando principalmente como sustituto, Wilmer Difó demostró buen dominio de su corrido alcanzando un +17 y Starling Marte, que perdió mucha oportunidad de juego por la suspensión que se le impuso, consiguió un +16. Esas cifras están muy lejos de las mejores. A partir del 2010, Reyes ha sido el criollo con la mejor cifra en ese aspecto, +38 en la campaña de 2011.

No obstante, causa impresión que Carlos Santana haya alcanzado en 2017 un resultado positivo en su traslado por las almohadillas por segundo año consecutivo, incluyendo que anotó desde la intermedia con un sencillo en catorce de 23 ocasiones, para un excelente 61% y de las seis veces que si disparó un doble estando él ocupando la inicial, logró cruzar la goma en tres. Santana era considerado un corredor de lento desplazamiento, sin embargo los resultados indicados, según la fórmula aplicada, cambian esa percepción y eso debe haber influido a su favor cuando se discutió el contrato por cinco años y 59.5 millones que firmó con los Filis en este invierno.