Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

MUJERES DE GRANDES LIGAS

“Mística”

Avatar del Listín Diario
Carolina Cruz de MartínezSanto Domingo

MÍSTICA: La palabra mística en su esencia se refiere a la unión del hombre con la divinidad, o el contacto del alma con la espiritualidad. En definición más humana, se refiere a la “pasión o adhesión entusiasta hacia una ideología, doctrina o persona que se han idealizado.”

En el argot deportivo se utiliza mucho la frase “mística ganadora” para referirse a un equipo, organización, dirigente o jugador que porta consigo una trayectoria triunfadora. No existe una definición formal y oficial para tal frase, pero si ha sido utilizada por décadas para hacer alusión a alguien o algo que se conoce como ganador.

Las pasiones humanas siempre necesitarán algo a que aferrarse para admirar, imitar, seguir y llenar el espacio intrínseco que tenemos de adherirnos a algo. El deporte y sus protagonistas siempre han representado una buena opción para convertirse en ese algo que necesita el alma humana. Los seguidores o fanáticos desarrollan una pasión mística hacia un equipo o jugador y esa pasión se convierte en su norte, su entretención, su definición de vida y para algunos hasta su dios.

MISTICISMO DEPORTIVO: El misticismo en el argot deportivo es muy fino, pues uno no se da cuenta cuando entra en esa “unión,” donde pasamos de ser admiradores a ser fanáticos, a ser adeptos y al final caer en una idolatría hacia el juego o el jugador. Esa idolatría o fanatismo incide en aspectos de peso, como nuestro presupuesto, tiempo familiar, vida social, identidad personal, estado emocional y mental y obligaciones y responsabilidades. La línea es fina entre admirar e idolatrar, y pocos reconocemos o identificamos cuando hemos pasado ese umbral.

El misticismo deportivo es traicionero y efímero. El mismo puede llevar a un fanatismo que afecta relaciones humanas y hasta proyectos de vida. El deporte es recreativo y los deportistas son humanos finitos con debilidades y defectos. La mayoría de ellos con muchas incoherencias de vida en sus manejos dentro y fuera del terreno, que de ser conocidas defraudarían a la mayoría de sus adeptos.

NEGOCIO DEPORTIVO: Al negocio deportivo le conviene utilizar la parte de la mística o el misticismo pues los fanáticos idealizan ese jugador o equipo. La idealización es pólvora para el mercadeo y los medios, pues la representación de un atleta “sobre natural” hace que todo lo relacionado a el o ella sea codiciable, vendible, comprable. El manejo y la manipulación de la imagen es clave para la presentación de un ídolo que por sus destrezas y producción se vuelve la admiración de todo un pueblo o nación. Pero no podemos perder de vista que esa parte mística es un manejo de emoción por el cual no podemos ser llevados o guiados pues es una idealización.

Los atletas y los equipos siempre apelarán a la base de su fanaticada para impulsar y motivar. No hay nada de malo en admirar y apreciar un equipo o un atleta. Hay familias que por tradición deportiva siempre han sido de un equipo o de una ciudad y eso se disfruta. En lo que no debemos caer es en dejarnos llevar de lo que es la mística en su esencia divina. La propaganda y la publicidad son los actores que mueven esas agujas pasionales y saben como lograr que esa mística tenga un precio material y emocional. Al fin y al cabo todo pasará, incluyendo los atletas y sus proezas y es incorrecto volverse muy pasional.

La única mística que deja dividendos es la que dediquemos al Creador de todo esto. “Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos; Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto.” Proverbios 3:9-10

Hasta la próxima

Tags relacionados