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REACCIÓN

Nostalgia invade cronistas laboraban “Séptimo Cielo”

Los que cubrían los juegos desde el Palco de Prensa, saben que “nada será igual”

Siniestro. Las llamas dejaron en un estado inservible el palco de prensa principal del Estadio Quisqueya Juan Marichal.

Siniestro. Las llamas dejaron en un estado inservible el palco de prensa principal del Estadio Quisqueya Juan Marichal.

Con la desparición del emblemático Palco de Prensa del Estadio Quisqueya, los cronistas asiduos no solo echan de menos ya a su lugar de trabajo preferido, sino al escenario donde durante 62 años se realizaban las principales peñas.

El fuego fue implacable. No respetó las cabinas radiales de transmisión.

Las narraciones y comentarios de la Félix Acosta Núñez, de los Leones del Escogido, y de Tomás Troncoso, de los Tigres del Licey, ya son cosas del pasado. Un desagradable hedor a quemado ha sustituido todo.

Nada queda de la Galería de Presidentes de la Asociación de Cronistas Deportivos de Santo Domingo, ni de ninguna otras áreas. Sólo una matrecha estructura metálica y muchos escombros.

Las llamas devoraron equipos de transmisión y todo lo que había en aquel espacio, el cual hacía tan único al vetusto parque.

“Con lágrimas, despedimos al querido Palco de Prensa. Construirán otro, pero nunca será igual”, lamenta Rolando Guante en su columna Reporte de la Liga Dominicana, que publica en el vespertino El Nacional.

Guante --uno de los cronistas que se han puesto los spikes que en algún momento lucieron Mario Álvarez Dugan (Cuchito), Rafael Rubí, Billy Berroa, Max Reynoso, Alvaro Arvelo Hijo, Máx Álvarez, Jorge Bournigal, Fidencio Garris y otros miembros de la Raza Inmortal de la crónica deportiva local-- lamenta que el evento se produjo cuando el palco estaba en un momento de esplendor en términos de condiciones laborales.

“El Palco de Prensa del llamado ¥Séptimo Cielo¥ ha sido un nido de grandes comunicadores deportivos”, expresó, a su vez , Renaldo Bodden, quien hacía el programa “Prensa y Deportes” cuando comenzó el siniestro al filo de las 6:30 de la noche.

Cuando él intentó buscar la laptop que había dejado en una cabina contigua, en el ala derecha, el humo, cada vez más abundante, le persuadió y tomó la decisión más inteligente: bajar presuroso junto a otros colegas por las escalinatas.

Bodden, un expresidente de la ACD y uno de los cronistas que más vida hacían allí, afirmó que en sus inicios, en los primeros años del decenio de los 80, como otros, tuvo que pagar el noviciado y ubicarse en una esquinita y hasta hablar por señas porque las butacas y hasta el derecho a la palabra estaban reservados para “los guruses de la época”.

Con el paso de los años, el ambiente se fue democratizando y todos tienen cabida.

Tertulias AQ menudo se originaban conversaciones excelsas sobre literatura, pero también sobre la vida nocturna. Ahí salían a relucir Herminia, Tony Echabarría (“Cambumbo”), Félix Caché, Polín y otros famosos nombres que le dieron vida a las madrugadas en la época en que el béisbol era más romántico.

Los más veteranos hablaban con conocimiento de causa de vivencias que solían contar como ajenas.

“La verdad es que hay un grupo de hombres que se divertía en el palco de prensa. Vendran otras facilidades. Vendrán otros grupos de comunicadores, pero lo que vivimos esta etapa, de trabajar ahí día a día, no hay dudas de que nos sentimos tristes por su desaparición”. subrayó el autor de la columna Deportivamente.

“Las tertulias que hacíamos allí rozaban la frontera de la lírica y de la cultura”, resaltó César Daniel Medina, uno de los comunicadores más cultos.

Lás décimas que durante más de 40 años declama en el espacio “Amalgama de Colores en la Pelota”, le dieron un toque diferente al juego e hicieron más grandes las rivalidades entre los equipos, principalmente entre Licey y Escogido.

“La Sombra Escarlata” destacó que en 1955 tuvo el privilegio de conocer al inigualable Buck Canel, a quien ese mismo año escuchó narrar los juegos del campeonato otoño-invernal por Radio Santo Domingo, antigua Voz Dominicana, hoy RTVD.

Leo López, otro cronista radial que tenía notable presencia allí, recordó que contaba con 12 años de edad cuando subió al “Séptimo Cielo”. Eso ocurrió en el 1967 de la mano del entonces receptor de los Leones, Federico Velásquez, para quien tiene deuda eterna.

“Definitivamente, no será lo mismo”, recalcó López conciente de que no se contempla reconstruir el emblemático palco de prensa.

A principios de la década de los 80, Vicente Mejía fue otro de los nuevos cronistas que tomaron de las fuentes de los patriarcas del periodismo deportivo en el país.

“Fue un privilegio tener la oportunidad de subir, contemplar trabajar y escuchar a esos prohombres de la crónica hablar de béisbol, deportes y cualquier otro tema”, apuntó Mejía, quien durante el período 1987-90 fue director de Prensa de Lidom.

Un antes y un después Américo Celado, de su lado, manifiesta que cuando comenzó a ver por las redes sociales las primeras imágenes de las llamas que consumían el palco de prensa, evocó los momentos que como corresponsal del programa radial “La Última Jugada” vivió en aquel espacio con Máx Reynoso, Jorgito Bournigal, Fidencio Garris, Bienvenido Rojas, Billy Berroa y más recientemente Alex Vargas, Juan Nova Ramírez y “El Muñeco” Luis Rafael Mejía.

“Ee fuego marcará un antes y un después porque, aunque no hizo daños mayores en la estructura, se lleva consigo muchas historias de los prohombres del periodismo deportivo que forjaron lo mejor de la narración y el comentario de la historia del béisbol dominicano”, consideró.

Marino Pepén, un cronista banilejo radicado en Boston, pero que en los últimos 17 años ha estado viniendo para hacer un programa antes de los partidos que se difunde en la parte Este de los Estados Unidos, quedó seducido con el ambiente que se vivía allí.

“El palco de prensa era un lugar de aprendizaje para los que se inician porque, ciertamente, se discutían las jugadas”, enfatizó. “Allí todo era siempre muy ameno, muy divertido y, sobre todo, había mucha confraternidad entre todos los periodistas”, señaló Pepén, quien produce el espacio “Conversando de Deportes con su hermano Junior Pepén en la emisora WJDA 1300 de Boston.

“Yo lloré cuando me dijeron que el palco se estaba quemando. Ese play lo quiero como si fuera mi casa”, declaró con nostalgia Tony Grullón, cuya columna Para Recordar se especializa en relatar temas del ayer.

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