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PRESENCIA DOMINICANA

Manuel Emilio Jiménez

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Tony Piña CámporaTwitter:@pinacampora

La carrera en el béisbol profesional de Manuel Emilio Jiménez fue relativamente corta, pero dejó huellas que permanecen en la historia. Sus habilidades eran tan evidentes que se inició en la liga invernal con las Estrellas Orientales sin haber cumplido los 19 años, en la campaña de 1957-58, logrando resultados que le valieron ser considerado el más destacado de los novatos, por encima de Mateo Alou y Pedro González que asimismo debutaron ese año.

Su primera incursión en las ligas menores de Estados Unidos tuvo el impacto que en esos tiempos podía generar un título de promedio de bateo aún fuera en un circuito de clasificación C, entonces la de más bajo nivel era la D. Con esa edad, se tendría que hacer una investigación especial, pero no creo que sean muchos los que han logrado una corona de ese tipo en cualquier liga antes de cumplir los veinte años.

Se caracterizó por ser un bateador agresivo con poder para dirigir la bola entre los canales, hacía mucho contacto y era muy difícil hacerlo abanicar. Originalmente ambidextro, luego se mantuvo únicamente a la zurda. Lamentablemente, problemas con sus extremidades inferiores acortaron su carrera que finalizó a los 32 años, no obstante pudo alcanzar proezas que lo sostienen sólidamente en la memoria histórica del béisbol dominicano.

Desarrollo Llegó a las Grandes Ligas en 1962 con los Atléticos de Kansas City, luego de un desarrollo en las menores donde acumuló un porcentaje de bateo de .315 en cuatro temporadas y una participación en la Liga Dominicana en la que se destacó grandemente entre 1957 y 1961. En ese periodo del circuito local disparó para .308 en 569 turnos y únicamente se ponchó 21 veces. En la campaña de 1960-61, efectuada solo con jugadores nativos, fue el más completo bateador alcanzando el liderato de OPS con .904.

Después de esa campaña, el caos generado por la caída del régimen trujillista provocó la suspensión de los certámenes de los dos años siguientes y eso impidió que Jiménez, en plenitud de facultades, pudiese colocar mejores números en sus registros. Sin embargo, finalizó como el tercero con menos ponches recibidos entre los que agotaron un mínimo de mil turnos; tuvo una frecuencia de 22 veces al bate por ponche, detrás solo de Jesús Alou (27) y Mateo Alou (23). En la temporada de 1959-60 estableció una marca, que se mantiene vigente al agotar 116 turnos al bate consecutivos sin poncharse y ha sido el único que en tres diferentes ocasiones capitaneó como el bateador más difícil para hacerlo out en el plato.

Durante la señalada campaña de Liga Mayor de 1962 la actuación de Jiménez fue impactante, sobre todo si se ubica en el tiempo que ocurrió. Cuando finalizó la temporada su promedio de bateo de .301 lo convertía, junto a Felipe Alou que con los Gigantes conectó para .316, en los primeros dominicanos que lograban un porcentaje de ese nivel en las grandes ligas. Hubo tramos en el proceso del certamen que estos dos criollos amanecían encabezando ese departamento de cada circuito, provocando un entusiasmo extraordinario entre la fanaticada dominicana. A pesar de los buenos resultados de ese año, Jiménez no pudo conservar la posición de jardinero izquierdo regular de los Atléticos, principalmente por la limitada movilidad que le provocaban sus lesionadas piernas. Pudo mantenerse en ese equipo, utilizado esporádicamente por su capacidad ofensiva, en los siguientes tres años, consiguiendo el 4 de julio de 1964 disparar tres cuadrangulares en un juego frente a los Orioles en el Memorial Stadium de Baltimore, primer dominicano en lograr algo semejante, y dos de estos batazos fueron conectados a envíos del futuro miembro del Salón de la Fama, Robin Roberts.

El reciente fallecimiento de Manuel Emilio Jiménez, apodado “El Mulo” por su fortaleza, provocó desempolvar datos que valen la pena ser conocidos por todos los que les apasiona el béisbol.

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